El oficio de traductor parece servir en muchos casos para un interesante y minucioso acercamiento a la obra de los grandes autores traducidos. Una aproximación máxima que puede desvelar todo tipo de recursos y trucos en la ardua tarea de revisar la literalidad, la frase hecha o la traslación del símbolo.
Lo digo porque muy reconocidos escritores comenzaron por esa dedicación a la divulgación de otros autores en la lengua propia. Desde Ana María Matute hasta Murakami por citar a dos autores tan lejanos como poderosamente geniales…
Sin embargo, con Sayers ocurre algo prácticamente inverso. Fue en a mitad de su carrera literaria cuando se entregó a una de las traducciones más exhaustivas de la Divina Comedia, encomienda sobre la que se vació intermitentemente y que no alcanzó en completar en toda su vida.
Sea como fuere, la obra propia de Sayers se extendió entre idas y venidas de las novelas policíacas (con su gran personaje, lord Peter Wimsey), al teatro; ofreciendo una bibliografía todavía reconocida hoy como una gran referencia de la literatura inglesa de inicios del siglo XX.
Top 3 libros recomendados de Dorothy Leigh Sayers
El misterio del Bellona Club
Las mejores sagas son aquellas que no precisan de un orden cronológico de lectura. Así, cualquier lector puede adentrarse en las peripecias del protagonista de turno para ir dando saltos al azar, entre otras precuelas o secuelas igualmente disfrutables sin condicionantes argumentales.
Y los asuntos de lord Peter Wimsey ofrecen esa lectura independiente que convierten cada entrega en obra completa. Esta novela que ubico en primer lugar hace brillar entre el nubloso Londres al Peter Winsey más astuto que a mediados del siglo XX hacía las delicias de los lectores.
El típico caso de la herencia que enfrenta a sus posibles afortunados y la muerte simultánea de los dos últimos administradores del capital a repartir.
Bajo una ambientación de claroscuros que mimetiza a personajes y ambiente, la tensión hacia la verdad se abre camino entre la mascarada del lujo y la opulencia.
El cadáver con lentes
La vena teatral de Sayers hace que esta novela fluya a base de extensos diálogos en los que uno disfruta del humor hecho ironía made in England mientras una vez más el bueno de Peter Winsey trata de atar cabos ante el esperpéntico caso del hombre con lentes muerto en el baño de la vivienda del señor Thipps.
La idea de encontrar un cadáver cuando uno se dispone a una ociosa evacuación ya despierta una sensación hilarante que se sigue extendiendo sobre personajes y situaciones. Porque al finado escondido en tan extraño lugar se suma la desaparición de quien todo el mundo insiste que es su doble, un reconocido personaje de la alta sociedad.
Alguien ha querido acabar con él y se ha equivocado o al contrario, alguien tenía asuntos pendientes con su doble y ha raptado al que no era… Un esperpéntico caso resuelto magistralmente por Sayers.
Veneno mortal
Aunque reclama su completa inocencia, Harriet Vane ha podido hacer uso de sus peores artes para envenenar a su amante, ya sea para robarle algo o como argumento para su próxima novela en un temible parón de su vocación de escritora.
Pero Harriet no se queda ahí y también prepara su particular poción de veneno de amor para hacer caer a Peter Winsey en sus brazos. El problema es que Peter parece ver tan claro como el resto del mundo la culpa sobre la cabeza de Harriet, pero su corazón la observa como la representación del amor más idealizado y vertiginoso.
¿Puede ser Harriet un personaje más de sus novelas, el más oscuro? ¿O puede Peter Winsey realmente encontrar ese atisbo de luz que la exculpe, aunque no sea del todo adecuado y tan solo sea cosa de su corazón enamorado?