Los orígenes literarios de Andrés Trapiello se sumergen en la poesía, con ese envidiable manejo de lo lírico que a la postre se transforma en un recurso más cuando el poeta se decide con la prosa. Pero el poeta original que fue Trapiello no sé quedó con la novela y al final acabó abarcándolo todo, desde el relato, la novela, el ensayo y al otro lado del escritorio ejerciendo como editor.
Una suma de intenciones literarias que, junto a su pasión lectora, desvelan esa voluntad fundamental por hacer de su vida un espacio entre libros.
Cierto es que de su dedicación a la poesía poco o nada conozco, puesto que mis gustos narrativos siempre se han centrado en la prosa. Pero bueno es saber los orígenes de un autor para divisar más allá de la propia obra que estés leyendo (en mi caso estrictamente novelas), encontrando esa mágica síntesis del escritor capaz de desenvolverse en todo ámbito. Porque cuando alguien es capaz de acaparar premios de poesía y de novela es porque tiene ese don del manejo del lenguaje como herramienta total para el ejercicio del oficio de escribir.
Top 3 novelas recomendadas de Andrés Trapiello
Los amigos del crimen perfecto
Para un grupo de lectores la literatura se convierte en una especie de juego de rol. Entre las tramas más elaboradas de multitud de escritores del género negro, este grupo de lectores indagan en busca de referencias para cometer el crimen perfecto.
Pero, más allá del propio hecho en sí, libre de mácula o de pista alguna que pueda incriminar al asesino, siempre hay que buscar un móvil, una voluntad de venganza con suficiente peso como para llegar a matar a otra persona. En otro caso un crimen perfecto solo es un burdo homicidio.
Así que, buscando a la víctima ideal, los lectores y su líder realmente buscan más venganza que justicia, más animadversión gratuita que justificación real para el crimen perfecto en su completa consideración como motivo o causa y perpetración final.
Una novela en la que disfrutar con la perspectiva de un grupo de personajes en connivencia hacia un fin perverso, hasta que saltan las disonancias propias del punto crítico…
Al morir Don Quijote
¿Qué ocurre cuando cierras tu última novela leída? ¿Qué pasa con todos esos personajes que han transitado entre el papel y tu imaginación? Plantearte estas dudas en el caso de una novela tan coral y universal como El Quijote se asoma al abismo de lo inabarcable… Tantas vidas de personajes que se cruzaron en alguna ocasión con el caballero de la triste figura.
Andres Trapiello se atrevió a tal aventura. El primero de los personajes que nos viene a la cabeza es el de Sancho Panza, ¿qué haría después del día de agosto de 1614 en que muriera su estrafalario señor?
Pero además de Sancho Panza, sabremos de la suerte corrida por Dulcinea, Sansón Carrasco, Cardenia, el capitán Biedma… tantos y tantos personajes que brillaron en su encuentro con Don Quijote y que tienen ahora la oportunidad de detallarnos qué fue de sus vidas.
Ayer no más
En la guerra todos los participantes tienen algo que esconder, más aún a los hijos. Para José, Pepe Pestaña según el momento, su padre tiene ese punto exótico de los padres de antes. Autoridad y lejanía, cariño sobreentendido y mano firme.
Para José su padre fue una cosa bien diferente a la que ahora, ya en la vejez, se ha convertido. Él, su progenitor, vivió la guerra desde dentro, esa guerra civil sobre la que José tanto ha estudiado hasta convertirse en Catedrático de Historia.
Y el hombre rudo que debió desenvolverse en el frente vive ahora extraños recuerdos de momentos de ocio junto a sus compañeros de trinchera. Su padre sigue jugando una partida del siete y medio, iniciada entre obuses y disparos.
Porque aquellos con los que jugaba nunca pudieron acabar la partida. Pero posiblemente esa delirante parafernalia de la partida de cartas también oculte otros recuerdos más pesados asociados con la culpa y la necesidad de evasión…