Las 5 mejores canciones de Joaquín Sabina

Si Dylan se llevó el nobel de literatura, Sabina debiera tener ya, al menos, el mayor galardón de las letras españolas. Porque a falta de una voz potente, sus letras magistrales acaban por acomodarse en perfecta sintonía con lo que sus cuerdas vocales alcanzan. Una paradoja musical que lo hace más grande si cabe. En su voz de cantautor porque sí se desprende la mágica sensación de un relato vital de gran magnitud que te alcanza con la eficacia del francotirador de las rimas que es.

Como el mismísimo Sabina contó sobre una actuación a la que fue con Javer Krahe. Su viejo amigo se levantó a la segunda canción argumentando que aquello no tenía sentido, que la cantante sabía cantar. A eso se refería este maestro y eso es lo que lo hace aún más grande.

Cada frase es una rima fascinante cargada de aromas, de emociones, de lirismo que arrebata como sonetos que al alma arrullan al son instrumental que toque. Porque además las mejores letras jamás escritas acaban bailando con una música traída también por musas que nadie más alcanza.

Top 5 canciones recomendadas de Joaquín Sabina

Peces de ciudad

Lo mejor para entender el alcance de la música de Sabina, además de acercarnos a la canción, es detenerse en alguna de sus estrofas más gloriosas. En este caso sería:

«Y desafiando el oleaje sin timón ni timonel
Por mis sueños va, ligero de equipaje
Sobre un cascarón de nuez, mi corazón de viaje
Luciendo los tatuajes de un pasado bucanero
De un velero al abordaje de un, de un no te quiero querer»

¿Quién me ha robado el mes de abril?

Desde que Sabina cantó a la melancolía transformada en mes de abril, ninguna primavera volvió a ser lo mismo…

«En la posada del fracaso

Donde no hay consuelo ni ascensor
El desamparo y la humedad
Comparten colchón
Y cuando por la calle pasa
La vida como un huracán
El hombre del traje gris
Saca un sucio calendario del bolsillo
Y grita

¡Quién me ha robado el mes de abril!
¿Cómo pudo sucederme a mí?
¡Quién me ha robado el mes de abril!
Lo guardaba en el cajón
Donde guardo el corazón»

Una de romanos

Cuando uno es aún niño escucha una canción como esta y se le escapan multitud de matices. Lo curioso es que años después lo entiendo todo y hasta se escapa una lágrima por no haberse dado cuenta antes.

«Era condición esencial organizar bien el modo
De entrar en la semi oscuridad blanca y negra del no-do
Y mientras en el circo un león se merendaba a un cristiano
La nena se dejaba besar que no la pille su hermano

Si estrenaban Cleopatra y pedían el carnet
Yo iba con corbata y pomada que cura el acné
Hasta que aquella bici de mi niñez se fue quedando sin frenos
Y en la peli que pusieron después nunca ganaban los buenos.»

Lo niego todo

De aquello de negar todo, incluso la verdad, nació uno de los libros que también Sabina publica de vez en cuando. En esta declaración ante la vista pública y el juicio del gran público, la leyenda se desnuda y expone todos sus motivos en crudo.

«Si es para hacerme daño
Sé lo que me conviene
He defraudado a todos
Empezando por mí

Ni soy un libro abierto
Ni quien tú te imaginas
Lloro con las más cursis
Películas de amor

Me echaron de los bares
Que usaba de oficina
Y una venus latina
Me dio la extremaunción»

Así estoy yo sin tí

Curiosamente se trata de una canción cuya letra va perdiendo vigencia para nuevas generaciones. Pero el tono lo dice todo y la necesidad por ahondar en el contexto acerca a realidades de aquel siglo XX hoy ya tan lejano.

Vencido como un viejo que pierde al tute
Lascivo como el beso del coronel
Furtivo como el Lute, cuando era el Lute
Inquieto como un párroco en un burdel

Errante como un taxi por el desierto
Quemado como el cielo de Chernóbil
Solo como un poeta en el aeropuerto

Así estoy yo
Así estoy yo, sin ti

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