El Lazarillo de Tormes, una pequeña gran historia

El hecho de que se trate de una novela anónima quizás librara a su autor de la sumaria revisión y censura de su época. Porque pubicada allá por 1554, «La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades«, como así se llama en su titulado completo, tenía un punto de lectura crítico, satírico y por lo tanto contraviniente a la moral dictada. Aquí un jugoso resumen del libro Lazarillo de Tormes.

Una lectura subversiva para la época que nos llega hoy por tanto con ese punto de mayor fidelidad sobre usos y costumbres de su época, por encima de otras narraciones más cronísticas. Porque lo narrado entre líneas sobre la oficialidad tiene ese punto de mayor certidumbre y verosimilitud.

Pero es que además «El Lazarillo de Tormes» es una novela muy entretenida, vívida desde su primera persona que nos acerca a todo tipo de venturas y desventuras. Desde el joven protagonista de esta historia se abre paso una picaresca que esencialmente es resiliencia y superación de adversidades desde una «estrategia» vital que se basa en ese buscarse la vida frisando

Todos recordamos escenas emblemáticas del niño abriéndose paso a la cruda realidad. Desde una tierna y cándida orfandad hasta una niñez que lo va forjando entre mezquindades, adversidades y ese tinte de supervivencia que lo empapa todo.

Sabiduría esencial del camino de la vida, de las calles en pueblos y ciudades, de las relaciones humanas al fin y al cabo. Encontramos brillantes equilibrios imposibles entre cultismos y refranero popular. Todo para sintetizar en el joven Lázaro al hombre enfrentado a su destino más adverso.

La picaresca no es otra cosa que la supervivencia, la necesidad que lo justifica todo incluso en el alma más pura de la infancia. La vida da palos a los que no nacen en buena cuna. Pero Lázaro tiene la encomienda de relatar desde su propia voz todas las peripecias vitales hacia la supervivencia. Curiosamente es esa adversidad la que hace que el personaje brille como un héroe más cercano. La empatía está servida por ser niño. Todo lo que haga queda justificado para cualquier lector.

No es de extrañar pues que la censura de su tiempo no quisiera que esta obra de simple y supuesto entretenimiento pudiera calar en un pueblo debidamente acallado y sumiso. Porque la literatura puede ser transformadora y una pequeña gran obra como esta queda para atestiguarlo.,

Resulta curioso en esta obra cómo el desconocido autor se preocupó de separar por «tratados» en lugar de capítulos, algo que hasta hoy no ha quedado claro en cuanto a su validez formal o su interés más subjetivo. No obstante supone toda una declaración de intenciones el usar este término. Porque como Tratado entendemos cada grupo de escenas como un cierre completo sobre algún aspecto de la naturaleza humana, dándole aún más poso al asunto. Sin duda una separación todo voluntariosa para profundizar en algún aspecto de esta índole.

Más allá de singularidades estructurales, lo cierto es que esta novela epistolar es perfecta para una lectura a cualquier edad. Un niño se puede asomar a una infancia remota con la que empatizar rápidamente mientras que un adulto descubre a ese niño que todos hemos sido, cargados de energía y enfocados en salir adelante pese a todo. Humor e ironía, escenas siempre vívidas con jugosos diálogos y situaciones extrapolables a multitud de aprendizajes vitales. Una obra siempre recomendable.

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