Cuando una autora como Victoria Mas remueve todos los cimientos con su primera novela, surge la duda sobre el terremoto incapaz de más réplicas o el posible sismo aún por llegar. Porque la potencia de esta obra nos remueve por todos los flancos. Se puede descubrir una intención feminista o una voluntad por maldecir tabús con sorna y despecho. La cosa es que el atrevimiento es santo y seña de esta obra.
Aún recuerdo cuando aprendí la etimología de la palabra «histeria» y el shock que supuso para mí. Una vez más lo femenino servía para etiquetar lo peor solo que en este caso con saña, con oficialidad, con validez científica… Una crisis nerviosa podía entenderse en un hombre como un ataque de furia en ocasiones hasta justificado. Pero en una mujer parecía ser siempre cosa del histeris griego, o sea del útero.
Ahora Victoria Mas nos invita a este baile de locas. Sí un baile de locas del coño como se podría reinterpretar esa bazofia de término. Y uno no sabe si reirse o llorar. La cosa es que la sensación agridulce es completa cuando se atisba, como en tantas otras ocasiones, que precisamente la razón no aparece del lado donde se supone que debe estar…
Sinopsis
Estamos en París en marzo de 1885. Como cada año para la Media Cuaresma, se celebra el popular «baile de las locas» en el hospital de la Salpêtrière, dirigido por el eminente neurólogo profesor Charcot. Durante una noche, la flor y nata de París disfruta al ritmo de valses y polcas en compañía de las internas, disfrazadas con extravagantes atuendos. Entre las pacientes destacan Louise, una joven epiléptica maltratada por su tío que tiene puestas todas sus ilusiones en un futuro matrimonio con un interno del centro, y la rebelde y visionaria Eugénie, una muchacha de buena familia encerrada sin contemplaciones por su propio padre. Bajo la atenta vigilancia de la implacable supervisora Geneviève, ambas intentarán cumplir sus sueños y harán todo lo posible por escapar.
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