Factótum literario desde la creación hasta la edición, Roberto Calasso es otro de los ilustres narradores italianos más veteranos junto a Erri de Luca. Con su espíritu siempre vanguardista, Calasso visita de manera recurrente el inconformismo más espiritual, la renuncia y el desencanto desde un mundo para él cada vez más de espaldas a la esencia de todo vestigio de humanismo.
Pese a sus constantes argumentales, en sus obras Calasso ofrece una escenografía cambiante, mutable. Componiendo así un mosaico bibliográfico hacia el imaginario más completo. En jugoso ensayo con disfraz de novela en ocasiones partimos de personajes o planteamientos bien distintos y de suertes o destinos alejados. Solo que los movimientos, las voluntades, las condiciones se analizan desde ese visionado de una gran obra trágica de la antigüedad.
Después de unos inicios más puramente ensayísticos en torno a un mundo antiguo (en el que Calasso disfruta desnudando en lo trascendente a los mismísimos dioses del olimpo), poco a poco el autor se fue enfocando más en la deriva de todo en este mundo repleto de azar o de predestinación, según quien lo mire.
Top 3 mejores obras de Roberto Calasso
La actualidad innombrable
El mundo actual ha alcanzado la etapa definitiva de la sociedad secular, aquella que solo confía en la sociedad misma. El Homo saecularis acepta reglas pero no preceptos, procedimientos pero no convicciones. Se siente humanista y practica una religión sin divinidad, basada en el altruismo, sin relación con lo invisible. ¿Por qué, entonces, irrumpe una forma de terrorismo que consiste en matanzas aleatorias, en las que las víctimas pueden ser cualesquiera con tal de que sean lo más numerosas posible? Acaso porque, en un mundo como el actual, solo el asesinato ofrece una garantía de significado. El enemigo del terrorista islámico, así, es el cuerpo de la sociedad secular entero.
La actualidad innombrable se divide en dos partes bien diferenciadas: en la primera, Calasso hace una breve historia del origen del terrorismo islámico, y realiza también una incisiva, descarnada definición de nuestro mundo actual, la «era de la inconsistencia», o, en términos del propio Calasso, la era de la «sociedad experimental», cuyas figuras tutelares fueron Bouvard y Pécuchet, aquellos bobos insignes inventados por Flaubert, bienintencionados consumidores de revistas y folletos que se consideran perfectamente informados acerca de todo: «A ellos se puede remontar, en su germen, lo que un día iba a llamarse internet.»
Y, con la malla digital que envuelve el mundo, la consolidación del odio a la intermediación, en un sueño virtual de democracia directa que pone en peligro el carácter esencialmente procedimental del sistema parlamentario. La segunda parte es una colección de citas –de escritores como Virginia Woolf, Ernst Jünger y Céline o pensadores como Simone Weil y Walter Benjamin, pero también de jerarcas nazis como Goebbels– que abarcan el periodo que va de 1933 a 1945: los años en que el mundo llevó a cabo una tentativa de auto aniquilación parcialmente exitosa.
En La actualidad innombrable, Calasso prolonga las reflexiones que guían sus últimos libros, en particular su inquietud por los peligros que acechan a la sociedad secular, que se celebra a sí misma sin ver el abismo que se abre a sus pies. Pero, por primera vez, en este breve volumen Calasso ubica el foco en el mundo actual, al que llama «innombrable» –poniendo de manifiesto que nuestra vana confianza en la ciencia y la tecnología no nos sirve para saber algo consistente y definitivo acerca de nuestro presente– y al que, sin embargo, retrata de un modo nítido, eficaz, clarividente. Hacía falta una trayectoria de muchos años, libros y saberes para llegar a una definición tan breve y contundente del momento en el que vivimos y que apenas podemos mirar sin parciales cegueras.
El Cazador Celeste
Un día que, en verdad, abarcó miles de años, Homo hizo algo que nadie había intentado nunca: empezó a imitar a los otros animales, a sus depredadores. Fue así como se volvió cazador. Ese larguísimo día resulta, hoy, remoto, pero sus huellas persisten, aunque ya nadie parezca interesado en indagarlas. Los ritos y los mitos mezclaron las trazas de ese comportamiento con algo que la Antigua Grecia llamó tò tehîon: lo divino, estrechamente emparentado con lo sagrado y con la santidad. Muchas culturas, distantes en el espacio y en el tiempo, asociaron estos acontecimientos, dramáticos y eróticos, con una cierta región del cielo, entre Sirio y Orión: el lugar del Cazador Celeste. Sus historias tejen la trama de este libro, e irradian en múltiples direcciones: desde el Paleolítico hasta la máquina de Turing, pasando por la Grecia antigua y Egipto, y explorando las múltiples conexiones latentes en el seno de un territorio a la vez único e ilimitado, la mente.
Después de El ardor, donde Calasso indagaba en la trama de los ritos sacrificiales que practicaron todas las culturas y religiones (y cuya –aparente– desaparición en la era moderna no deja de tener resonancias trágicas, como también demostró en La actualidad innombrable), este libro vuelve sobre la compleja y fascinante configuración de aquella (enorme) parte de nuestro mundo que el racionalismo y el cientificismo dejan de lado.
¿Por qué Zeus permite que su hermano Hades rapte a su hija Perséfone, para desesperación de su madre, Deméter? ¿Cuál fue, por cierto, «la última noche de Zeus en la Tierra»? ¿Qué fue lo que más sorprendió a Heródoto de los magos egipcios durante su viaje por el Nilo? ¿Por qué el poeta Ovidio, que compiló esa enciclopedia monumental de la mitología clásica que son Las metamorfosis, se preocupó de escribir sobre algo tan aparentemente fútil como la cosmética o el arte de la seducción? ¿En qué se apoya la teoría de que, antes que a los grandes felinos predadores, Homo imitó a las hienas?
El lector recorrerá estas páginas como en un trance: un recorrido por las formas de comunicación entre lo humano y «lo invisible»; unas formas que viven en un presente continuo. Porque esta narración es la novela de cosas que parecen muy lejanas y que, sin embargo, están entre nosotros, a poco que permitamos a Calasso indicarnos hacia dónde mirar.
Las bodas de Cadmo y Harmonía
De cómo Zeus, en forma de toro blanco, raptó a la princesa Europa; Teseo abandonó a Ariadna; Dionisio violó a Aura; Apolo fue siervo de Admeto, por amor; el simulacro de Helena apareció, junto al de Aquiles, en la isla de Leuké; Penélope conquistó a Hipodamía; Corónide, preñada por Apolo, lo traicionó con un mortal; las Danaides cortaron la cabeza a sus esposos; Aquiles mató a Pentesilea y se unió a ella; Orestes luchó con la locura; Deméter vagó en busca de su hija Core; Core miró a Hades y se vio reflejada en los ojos de él; Fedra enloqueció por Hipólito; Fanse se dejó devorar por Zeus; los Cercopes se rieron de las nalgas de Heracles; la cazadora Cirene se unió a Apolo en forma de lobo; Zeus decidió exterminar a los héroes; Ulises vivió junto a Calipso; los Olímpicos bajaron a Tebas para participar en las bodas de Cadmo y Harmonía…
Las bodas de Cadmo y Harmonía fueron la última ocasión en que los dioses del Olimpo se sentaron a la mesa con los hombres para una fiesta. Lo que ocurrió antes de entonces, durante años inmemoriales, y después de entonces, durante escasas generaciones, forma el inmenso árbol del mito griego.
Hace mucho que dejé de leer a Calasso. Como dice el refrán, «quien no te conozca, que te compre». Sin embargo sí alcancé a leer «Las bodas de Cadmo y Harmonía». En ese libro las mujeres aparecen a menudo como víctimas activas y sus violaciones son pintadas como algo poético y encantador . Excelente. Se nota que a Calasso lo de las violaciones le parece un planazo. En fin, el caso es que todavía recuerdo a este conspicuo elemento relamiéndose literalmente al hablar de los sacrificios humanos. Tampoco olvido su afición oculta por lo satánico, que utiliza para ir sembrando malignas insinuaciones, su falta de escrúpulos, su malevolencia y sobre todo su prepotencia repugnante al relacionarse conmigo a mi pesar. ¡ Hasta su editor le llama «el pérfido Calasso»!. En el último libro que me envió, la dedicatoria decía así: » Para Blanca. Aunque no quieras, es para ti». Atención: AUNQUE NO QUIERAS. Ese es Calasso en estado puro, un bicho miserable al que, con suerte, si el Me Too llega hasta Italia, podremos ver degradado en su vejez y, si no hay suerte y se va de rositas de este mundo, podremos ver sin duda desechado en el Valle de Josafat como todo aquello que no vale, todo aquello donde no existe un átomo de bondad, todo aquello que es inmisericorde y enemigo de lo humano.