3 mejores libros de Shirley Jackson

La reencarnación del mismísimo Edgar Allan Poe. Solo que tamizando su gusto por los miedos hechos literatura. Porque probablemente Shirley Jackson pudo aportar un punto más sociológico, una intención más perturbadora desde un punto de vista más complejo.

Ni mejor ni peor, simplemente diferencias que separan a Poe, el mítico autor del terror más puro con toques entre el policíaco más negro y lo gótico, de una escritora como Shirley también fascinada por los horrores como sustento narrativo.

Aunque como concluyo, ella parecía más liberada de la necesidad de descargar mundos interiores tétricos y enfocaba sus ideas «más generalistas del miedo» de fuera hacia adentro, de las amenazas que podemos llegar a suponer para los prójimos en nuestra condición de humanos que conviven entre la intención del bien y las siniestras pulsiones del mal. Nada mejor que enfocarlo desde la aviesa proyección de lo fantasmagórico, de las dimensiones ocultas donde se encierran los peores secretos, los odios más feroces

De hecho, en las seis novelas de Shirley Jackson, salvo «La maldición de Hill House» (bastante más gótica), disfrutamos de esa exploración de los entornos amenazantes, del asedio a los protagonistas desde esa amenaza que acecha por el mero hecho de existir. Se puede entender un cierto punto neurótico, sin duda. Pero también la sombra de la cruda realidad se cierne desde sus tramas.

Al final el terror es también espejo deformante de la realidad que el narrador vive. Shirley Jackson habitó un mundo asomado a guerras frías, a rencillas pendientes de un botonazo rojo que apagara para siempre el mundo desde la detonación nuclear de turno. No se trataba de ahondar en busca de miedos atávicos. Era más bien contemplar el estado de las cosas y enfocar los demonios hacia un ámbito de la ficción que a la postre podía ser incluso más amable…

Top 3 novelas recomendadas de Shirley Jackson

La maldición de Hill House

La narrativa de terror está repleta de encuentros infelices, de citas en la inmensidad inquietante de lo oscuro. Esta novela es una de las más emblemáticas…

Cuatro personajes llegan a un viejo y laberíntico caserón conocido como Hill House. Son el doctor Montague, un estudioso de lo oculto que busca pruebas de fenómenos psíquicos en casas encantadas, y tres personas a quienes el doctor ha reclutado para llevar a cabo un experimento. A pesar de las reticencias de su familia, Eleanor, una joven algo atormentada y de pasado infeliz, acabará formando parte de la singular comitiva. Los otros son Theodora, con quien Eleanor establece un fuerte vínculo inicial, y Luke, el heredero de la casa.

Pronto todos deberán enfrentarse a situaciones que están más allá de su comprensión. Hill House parece estar preparándose para escoger a uno de ellos y hacerlo suyo para siempre. Llevada dos veces al cine e inspiración de una reciente serie televisiva, «La maldición de Hill House» es una de las novelas más famosas de Shirley Jackson y una de las principales obras de terror del siglo XX.

La maldición de Hill House

Siempre hemos vivido en el castillo

En una especie de mezcla entre el guion de Los otros de Amenabar y la versión más siniestra de la casa de la familia Adams, esta novela previa a lo citado, fijaba esos referentes del horror doméstico, de los caserones como espacios multidimensionales.

Hogar, escalofriante hogar…«Me llamo Mary Katherine Blackwood. Tengo dieciocho años y vivo con mi hermana Constance. A menudo pienso que con un poco de suerte podría haber sido una mujer lobo, porque mis dedos medio y anular son igual de largos, pero he tenido que contentarme con lo que soy. No me gusta lavarme, ni los perros, ni el ruido. Me gusta mi hermana Constance, y Ricardo Plantagenet, y la Amanita phalloides, la oronja mortal. El resto de mi familia ha muerto.»

Con estas palabras se presenta Merricat, la protagonista de Siempre hemos vivido en el castillo, que lleva una vida solitaria en una gran casa apartada del pueblo. Allí pasa las horas recluida con su bella hermana mayor y su anciano tío Julian, que va en silla de ruedas y escribe y reescribe sus memorias. La buena cocina, la jardinería y el gato Jonas concentran la atención de las jóvenes. En el hogar de los Blackwood los días discurrirían apacibles si no fuera porque algo ocurrió, allí mismo, en el comedor, seis años atrás.

Siempre hemos vivido en el castillo

Cuentos escogidos

Desde Poe, cualquier escritor de terror que se precie debe acometer la encomienda de lo breve. La imaginación desbordada (más que desbordante) de este tipo de autores asediados por su propias creaciones acaba por encontrar en los fogonazos del cuento o el relato, destellos fulgurantes de terror, resplandores de locura y miedo.

Una mujer pasa el día de su boda buscando frenéticamente a su futuro marido, otra hace un extraño viaje nocturno en autobús, un librero satisface la, en apariencia, inofensiva solicitud de un cliente. Y, en el cuento más celebrado de Shirley Jackson, los pobladores de una aldea se reúnen para oficiar un inquietante ritual. «La lotería», uno de los relatos más turbadores que se hayan escrito nunca y un ícono en la historia de la literatura norteamericana, encendió la polémica cuando se publicó por primera vez, en la revista The New Yorker.

Este volumen presenta una selección de los cuentos de Shirley Jackson e incluye tres conferencias de la autora, una de las cuales dedicada, precisamente, al escándalo que supuso la publicación de su texto más conocido.

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