Los 3 mejores libros de Patti Smith

Bob Dylan y Patti Smith o cómo los mitos acaban asaltando la literatura. Porque a día de hoy estos dos grandes de la música que escribieron las notas de generaciones y generaciones en el cambiante siglo XX, son ahora leyendas que hacen de sus libros trascendentales visiones de nuestro mundo desde los pentagramas a las páginas.

Pero si bien es Dylan quien acabó sorprendiendo a todos al hacerse con el Nobel de Literatura en 2016, es Patty Smith quien en mayor medida se ha volcado en la literatura como nuevo crisol en el que fundir sus inquietudes ya más de madurez; donde compartir sus recuerdos de los días de punk y rosas; o simplemente donde explotar su valiosa impronta narrativa.

Con sus orígenes punk y su posterior sintonía con todo aquel movimiento Beat de los Keoruac y compañia, es indudable que los libros de Patti Smith están empapados de ese punto de ideología rebelde, crítica, quizás disfrazado todo de cierto hedonismo. De cualquier forma ya tamizado todo por ese poso del paso de los años que complementa lo ideológico con lo melancólico.

Top 3 libros recomendados de Patti Smith

Devoción

Si hubiera premios a los personajes icónicos del mundo musical, dos de los más prestigiosos galardones del siglo XX serían para David Bowie en la vertiente masculina y para Patti Smith del lado femenino. Ser icono o símbolo en lo musical trasciende mucho más allá de las notas musicales, de las composiciones y de las letras.

En los convulsos años de mediados del siglo XX en adelante, después de grandes conflictos y en medio de guerras frías y conflictos descentralizados prolongados hasta nuestros días, los ídolos musicales tenían el poder de generar corrientes de opinión, seguidores en lo estético y en lo ideológico.Bowie era un personaje brutal, potente, transformador e irreverente. Patti Smith hacía lo propio pero con la mayor necesidad reivindicativa de la mujer.

Y además a Patti Smith le gustaba escribir, trasladando arte y trasfondo desde lo musical hasta lo literario.En este libro Patti Smith recopila escritos de aquí y de allá, de tiempos lejanos reivindicativos y de peculiares vivencias, con la evocacion de sus gustos literarios como hilo conductor, referencias a la poesía francesa así como al existencialismo de autores como Camus.

En muchas ocasiones el escritor descubre que lo es desde lo anecdótico. Una habitación de hotel parisina, una duermevela y un televisor donde Patti descubre el baile entre hielo de una avezada patinadora. La belleza puede empujar a escribir y paradójicamente también la belleza desvela la melancolía, la tristeza y las obsesiones.Pero Patti sigue componiendo una suerte de literatura improvisada que prolongó hasta nuestros días.

En este libro Devoción encontramos un ideario de los motivos del escritor que todos llevamos dentro. Solo que la perspectiva del personaje legendario empapa toda la composición. La perspectiva de Patti Smith, la mujer rebelde que transitó desde la apariencia andrógina (incluso en su voz rota) de sus inicios punk, hasta el pujante compromiso transformador de la música ofrece otro alcance a lo escrito, sobre todo en cuanto que conocemos inquietudes más profundas, quizás las que nunca encajaron en letras de canción, aquellas que liberadas del necesario encaje lírico, despiertan en una prosa que, sin embargo acaba acariciando otro tipo de acordes musicales que sintonizan perfectamente con el alma.

Devoción

Éramos unos niños

Sobre la relación de Patti Smith con el fotógrafo Robert Mapplethorpe mucho se habló. Por supuesto que lo típico no iba a establecerse en su relación y menos aún en los aspectos más íntimos de esta.

Pero desde la rareza se acaba estableciendo una relación entre amos que fructifica en un universo creativo en torno al New York más emblemático de los sesenta y setenta.Fue el verano en que murió Coltrane… Los hippies alzaron sus brazos vacíos y China detonó la bomba de hidrógeno. Jimi Hendrix prendió fuego a su guitarra en Monterey… Fue el verano del amor. Y en aquel clima cambiante e inhóspito, un encuentro casual cambió el curso de mi vida: fue el verano en que conocí a Robert Mapplethorpe.Corría el mes de julio de 1967 y eran unos niños, pero a partir de entonces Patti Smith y Robert Mapplethorpe sellaron una amistad que solo acabaría con la muerte del gran fotógrafo, en 1989.

De eso habla este espléndido libro de memorias, de la vida en común de estos artistas, los dos entusiastas y apasionados, que cruzaron a grandes pasos la periferia de Nueva York para llegar hasta el centro neurálgico del nuevo arte. Fue así que acabaron instalándose en el hotel Chelsea y se convirtieron en los protagonistas de un mundo hoy ya perdido donde reinaban Allen Ginsberg, Andy Warhol y sus chicos, y se creaban las grandes bandas de música que marcaron los años finales del siglo XX, mientras el sida hacía estragos.

Éramos unos niños

El año del mono

Lo biográfico como punto desde el que explorar en lo personal mientras se desmenuza para el gran público al mito. Si en «Éramos unos niños» emprendemos el viaje a ese terreno de los privilegiados recuerdos de una leyenda viva, en esta ocasion el viaje es al momento, al ahora. Y en el asunto hay mucho de sinceridad brutal, de reconocimiento de toda caída humana en la vejez, en el descubrimiento del oropel que siempre parecía oro. Al contemplar mi imagen en la superficie gris mercurio de la tostadora, me fijé en que parecía joven y vieja al mismo tiempo.

Son las dos de la madrugada de la Nochevieja de 2015 cuando Patti Smith llega al Dream Motel, junto a la playa de Santa Cruz, tras dar un concierto en la legendaria sala Fillmore de San Francisco. Acaba de cumplir setenta años. En la primera mañana del año sale a dar un paseo y toma su primera polaroid del rótulo delhotel, con el que mantiene una lúcida conversación, como una Alicia moderna en su particular País de las Maravillas. La charla le inspira unos versos y decide volver a su habitación, desde cuya terraza escucha las olas y piensa en su amigo Sandy Pearlman, el famoso productor musical, que lleva dos días en coma.

Él fue la persona que le sugirió en su juventud que montara una banda de rock. Así comienza un viaje por lugares como la Costa Oeste, el desierto de Arizona, Manhattan o Kentucky, pero también por parajes recordados o imaginados, del mundo exterior y del interior, en el que Patti Smith nos permite deambular a su lado como sus acompañantes más íntimos.

El año del mono
5/5 - (13 votos)

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.