Esencialmente griego, pese al circunstancial dominio turco sobre Creta cuando Nikos Kazantzakis llegó al mundo. Porque sin duda Kazantzakis es uno de los referentes culturales de siglo XX del viejo imperio Heleno, redescubierto para el gran público por la película de Anthony Queen haciendo de su protagonista literario Alexis Zorbas, pero reconocido previamente por los buenos lectores que ya alrededor de todo el mundo podían encontrar a cuentagotas sus primeras obras.
Y como buen griego, Kazantzakis imprime a sus obras esa extrema luz mediterránea de unas islas gracias a cuyo vital destello nació el mundo moderno con sus dilemas y sus odiseas vitales, con su teatro y su literatura de ficción nacida hace milenios de entre dioses, héroes y cronistas capaces de despertar el imaginario común de todo un planeta.
Heredero del Nobel de Literatura pero finalmente desheredado de la gloria como el héroe Aquiles, en el último instante. Pese a todo, siempre quedarán sus novelas para que cada cual recoga de su luz, el reflejo que más hondo le llegue.
Top 3 novelas recomendadas de Nikos Kazantzakis
Zorba el griego
Erigir un personaje como ese tótem cultural que trasciende a los tiempos solo está a la altura de escritores como Cervantes o Shakespeare. No es cuestión de comparar la trascendencia de los personajes o su valor.
El asunto va del calado, de esas forma de llegar desde un mundo no tan común como la literatura, a todo el mundo. Y no, que se haya hecho una película no es la excusa. Porque ciertamente también se ha llevado a la pantalla la vida y obra de incontables personajes de la literatura universal… Claro está que si los grandes genios de la literatura equilibran y compensan el resto de componentes de una trama para hacer ese todo de la obra maestra, en Zorba solo existe Zorba, para bien y para mal, para que destaque sobre todas las cosas con sus aristas y sus dicotomías tan humanas y con sus miserias. Todo es más profundo y más trascendente en Zorba porque toda la trama pivota en torno a él, a su descubrimiento y análisis desde la cercanía de quien trata de escudriñarlo como un cirujano del alma.
Zorba no cede a lo políticamente correcto ni asume patrones de héroe. Él vive su tragicomedia con la intensidad del loco y por momentos con la brillantez del sabio. En los libros se busca en ocasiones sabiduría, formas de divisar el mundo de una manera transformadora para bien. Zorba parece de vuelta de todo y se enfrenta al trampantojo de su existencia a tumba abierta como un Dorian Gray atrapado en una isla y descubierto como un nuevo Robinson Crusoe.
El pobre de Asís
Resulta atrevido abordar una biografía ficcionada. Más aún sobre personajes cuya documentación a recabar no alberga ni un testimonio oral. De San Francisco se conocen sus milagros, sus crónicas, el alcance mundial de su fin evangelizador.
Pero trazar desde ahí una biografía completada con ese brillo que explota lo anecdótico es por momentos atrevido sino arriesgado. Más aún cuando se trata de un personaje sagrado. La cuestión es empezar desmitificando al santo, dándole un nombre que ya nos conduzca hasta el principio, hacia el ser humano que aún no es nada salvo su pobreza. Para un autor como Kazantzakis que pudo pasar por el ateísmo desde su convicciones socialistas iniciales, esta obra debió de ser esa caída del caballo de San Pablo. O quizás tan solo un ejercicio de liberación, de humanización de un personaje que le impactó y del que rescató lo más trascendente, la capacidad humana para la resiliencia, el esfuerzo, la entrega.
Quizás se trate de comunismo del bueno, del que no llega al poder sino que se entrega al convecimiento de la fe y la esperanza, sobre todo entre los desheredados de la Tierra por sus propios hermanos.
Cristo de nuevo crucificado
Desde que el mensaje de Cristo quedó impreso en la Biblia, quedó abiertamente manifiesto las contradicciones de una Iglesia encargada de patrimonializar el legado de Dios.
La primera piedra sobre la que se edificó el cristianismo ya parecía condenada a soportar todo tipo de maletendidos interesados en favor del poder, de la voluntad de poder sobre las conciencias con el miedo de la religión como herramienta perfecta. Nos encontramos a inicios del siglo XX en el pueblo de Likóvrisi se preparan para la Semana Santa. En el ínterin los pobres vecinos de un pueblo atacado acuden a Likóvrisi en espera de fraternal socorro.
En la paradoja de la representación de la Semana Santa y la desatención a los hermanos a punto de ser masacrados se despierta la trama de una historia que ubica a los personajes frente a nuevos Pilatos y nuevos Sanedrines. Y quizás el final sea un mismo sacrificio nuevamente cargado de culpa. A no ser que alguien decida actuar como de verdad actuaría una Iglesia bajo las premisas del amado Jesucristo.
