Los 3 mejores libros de Lara Moreno

En ciertos autores uno descubre la envidiable virtud del dominio absoluto del lenguaje. Y eso no es otra cosa que ser capaz de transmitir nuevas ideas, inesperados conceptos, inquietantes símbolos o apabullantes imágenes. Lara Moreno lo hace juntando las palabras como combinaciones de caja fuerte, provocando el milagroso clic final que abre de par en par nuestra imaginación.

Lara Moreno lo consigue ya desde el título de cada uno de sus libros. Cierto es que la vertiente poética de la autora siempre ayuda, pero mantener su misma magia lírica en la prosa es ya perpetración del deicidio.

Me refiero a obras como «Casi todas las tijeras» «Piel de lobo» o «Tempestad en víspera de viernes» títulos que expresan mucho más de lo que dicen. Porque seguramente nunca habían sido dicho antes, o al menos no por escrito y menos para un título de libro.

Casi todas las tijeras cortan o sabe Dios qué harán en sus ratos libres; la piel de lobo es la que se quita el cordero después de un brote de ira; la tempestad en víspera de viernes podría haber sido un simple jueves, pero dicho así no habría aparecido desnudado en lascivia contextual.

Y así todo, es como una autora como Lara Moreno consigue magnetizar y embaucar desde su juego con las palabras, como si fueran todas suyas. Escritora egoista que hace y deshace, compone y descompone con sus juguetes de mutables palabras en baile de carnaval. Ante esta invitación tan solo te queda elegir por dónde empezar. Allá vamos con mis sugerencias.

Top 3 libros recomendados de Lara Moreno

La ciudad

La magia de la literatura hace de lo minúsculo (dentro del frenético devenir social de la gran ciudad) en el brillante destello de lo humano, de lo realmente humano, donde se libran la batallas de la supervivencia y la realidad más cierta de la existencia.

En un edificio del barrio de La Latina, en el centro de Madrid, confluyen las vidas de tres mujeres. El pequeño piso interior de la cuarta planta es la casa de Oliva. Está atrapada en una peligrosa relación que ha transformado la pasión del inicio en una jaula. En el tercer piso, luminoso y exterior, pasa Damaris los días cuidando a los hijos de sus patrones. Cada noche regresa a su casa cruzando el río que divide social y económicamente la ciudad. Vino a España buscando un futuro mejor cuando un terremoto en Colombia truncó su vida. El mismo futuro que buscaba Horía, la mujer marroquí que llegó a Huelva para trabajar como temporera en los campos de fresas y ahora vive en la minúscula casa de la portería y limpia, en la sombra, las escaleras y el patio.

Esta novela cuenta la vida de las tres mujeres, su pasado y el cerco de su presente. Con una voz hermosa y afilada, solo la prosa de Lara Moreno podía cartografiar así un territorio y a quienes lo habitan, componiendo un retrato invisible, herido y valiente de la ciudad.

La ciudad, Lara Moreno

Tempestad en víspera de viernes

Puede que sea la primera vez que me adentro en un libro de poesía con el fin crítico de su recomendación. Más que nada porque uno se considera el más profano de todos los ajenos a la poesía.

Pero perdiéndote en la obra de una novelista, inesperadamente descubres también esa otra vertiente y vuelves a creer en los versos, una vieja fe perdida ya en el momento en que uno mismo dejó de escribir sus propias y atrofiadas composiciones líricas juveniles, más o menos el día después de empezarlas.

Tempestad en víspera de viernes reúne la obra hasta el momento de una de las grandes poetas españolas de la actualidad, Lara Moreno, desde su debut con La herida costumbre y los poemas incluidos en Después de la apnea hasta los de su último poemario, Tuve una jaula, así como varias piezas inéditas, algunas compuestas durante la pandemia de 2020.

El conjunto es una impactante muestra de una poesía personal, pegada a lo doméstico y descarnadamente visceral, en la que Lara Moreno desnuda con ironía, ternura y calado su intimidad, sensual y dolorosamente perturbadora, la realidad cotidiana que la circunda y su condición de mujer. En este sentido, quizá no sea exagerado afirmar que Lara Moreno es a la poesía lo que Lucia Berlin al relato.

Piel de lobo

Cada cual lleva la piel que más le place sobre su piel verdadera. Se trata de vestirse para cada ocasión en lo social o hasta en lo más íntimo. Y el lobo puede vestir de cordero y el cordero de lobo. Porque de todo lo hay en los adentros de cada cual.

Superada la infancia todo es cabalgar contradicciones. Porque uno nunca se acuerda de la piel que habitó en cada momento, ni tan siquiera sabe ya la que lleva, ni por supuesto si es la mejor opción a juego con las circunstancias…

Un viejo caballito de plástico blanco y azul espera a las dos hermanas cuando entran en casa del padre, un hombre solo que murió hace un año, dejando tras de sí pocos recuerdos y algunas manchas de café en el mantel. Sofía y Rita han venido al pueblo para recoger lo poco que queda de aquellos años en que eran niñas y pasaban los veranos allí, en el sur, cerca de la playa.

Rita, tan esbelta ella, tan hermosa, tan lista, parece dispuesta a despachar el asunto y volver a lo suyo, pero Sofía sabe que esa casa será el refugio donde ella y Leo, su niño de cinco años, van a instalarse para curar un desamor que la ha dejado sin fuerzas. Allí se quedan madre e hijo, paseando esa nueva vida por las calles donde se abren las primeras sombrillas, masticando arroz y fruta limpia, intentando imaginar un futuro que tenga sabor.

¿Y Rita? Rita se va pero vuelve porque hay recuerdos que queman y el rencor pide paso. Finalmente, encerradas en esa casa que parecía muerta, las dos hermanas nos van a contar una historia dura, algo que nadie quería saber, un secreto del que quizá sería mejor olvidarse, y que solo la buena literatura sabe rescatar para que ese dolor, esa rabia y la ternura que de repente asoma sean también nuestros.

Piel de lobo

Otros libros recomendados de Lara Moreno

Por si se va la luz

Esa primera novela de la poeta. Ese primer acercamiento con la bandera blanca en busca del parlamento en mitad de la batalla. Algo que, por otro lado siempre hacen los poetas más traicioneros, mientras su regimiento asalta por la retaguardia con el arsenal de todas sus imágenes y tropos que hacen explotar el fortín de la novela.

No se llevaron nada, o casi; ni siquiera el gusto por la aventura. Y cuando llegaron al pueblo, entraron en casa y se echaron encima de un colchón como si la noche no fuera a acabar nunca. Amaneció, y a la luz del sol descubrieron que había más vida allí: unas cuantas casas, unos huertos, hombres y mujeres que hablaban lo justo.

Despacio, Nadia y Martín fueron conociendo a Enrique, el dueño de un bar donde había poco más que libros y vino rancio, a Elena y Damián, dos viejos hechos de pura piedra, y a Ivana, que un buen día apareció acompañada de una niña, hija de todos y de nadie.

¿Qué sentido tenía aquel viaje, y aquella gente, y aquel ir viviendo sin imágenes, sin música, sin mensajes que contestar y solo algo de comida y sexo para aliviar los días? Quizá se tratara de llegar a viejos ahora que ya no quedaba nadie en las ciudades, quizá buscaran una manera de ser y de hacer algo digno en ese tiempo que aun les quedaba antes de que se apagara la luz. Quién sabe.

Como todos los grandes libros, Por si se va la luz no se anda con respuestas, sino con buenas preguntas. Lara Moreno es una mujer que empieza y tiempo le queda para decir lo suyo, pero con esta primera novela nos entrega ya literatura en mayúsculas.

Por si se va la luz
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