3 mejores libros de Junichiro Tanizaki

Seguramente el menos popular actualmente en lo que a narrativa nipona se refiere. Y sin embargo Tanizaki es pilar sobre el que se sustenta el despliegue de esa literatura capaz de hacerse caleidoscópica desde la particularidad, universal desde un mestizaje hecho involución desde la vanguardia a la tradición. Porque en la experimentación también cabe el volver al punto de partida con todo el bagaje acopiado bien dispuesto para implosionar cuanto haga falta en una cúltura siempre necesitada de revoluciones.

Inspirador de Mishima en la tarea continuadora de la litetura hecha crisol entre oriente y occidente, acaba siendo ascendiente en segundo nivel del Murakami ya desbocado por el cauce de esa liberación conseguida generación tras generación. La cuestión era transformar pero manteniendo esa parte nuclear, el hecho diferencial irrenunciable, los motivos por los que un narrador japonés puede alcanzar la trascendencia existencial incluso abordando asuntos carnales.

La sensualidad desbordante de lo japonés explorando versiones obsesivas hasta pozos insondables. Literatura de formas expuestas a las intensas luces de las pasiones pero también de las sombras del alma, sometiendo las referencias culturales japonesas a sus propios trampantojos para acabar determinando que en ocasiones es mejor así, presuponer purezas del alma como única forma de devolver a los monstruos, una vez vistos…

Top 3 libros recomendados de Tanizaki

El elogio de la sombra

Cuando un ensayo destaca sobremanera en un autor una vaga sensación de fracaso de la literatura acaba quedando. Solo que en este caso hay que buscar la excusa más oportuna, porque pocas veces un pensamiento es tan necesario para la síntesis entre mundos tan dispares como el occidente atropellado por sus propias libertades capaces del deicidio, y el oriente encorsetado por formas aunque más vívido espiritualmente.

En Occidente, el más poderoso aliado de la belleza ha sido siempre la luz. En cambio, en la estética tradicional japonesa lo esencial es captar el enigma de la sombra. Lo bello no es una sustancia en sí sino un juego de claroscuros producido por la yuxtaposición de las diferentes sustancias que va formando el juego sutil de las modulaciones de la sombra. Lo mismo que una piedra fosforescente en la oscuridad pierde toda su fascinante sensación de joya preciosa si fuera expuesta a plena luz, la belleza pierde toda su existencia si se suprimen los efectos de la sombra.

En este ensayo clásico, escrito en 1933, Junichiro Tanizaki va desarrollando con gran refinamiento esta idea medular del pensamiento oriental, clave para entender el color de las lacas, de la tinta o de los trajes del teatro nô; para aprender a apreciar el aspecto antiguo del papel o de los reflejos velados en la pátina de los objetos; para prevenirnos contra todo lo que brilla; para captar la belleza en la llama vacilante de una lámpara y descubrir el alma de la arquitectura a través de los grados de opacidad de los materiales y el silencio y la penumbra del espacio vacío.

El elogio de la sombra

La llave

Sí, la caja de Pandora tenía llave. Y solo era cuestión de ajustarla a su cerradora para atreverse a dar el giro que desatara infiernos, tentaciones, placeres negados y ríos de sangre. Habitado por el espíritu de Sade, Tanizaki versiona la vida libertina y obscena, adaptándola a un imaginario japonés donde lo tradicional arraiga hasta el espacio donde la moral general aferra sus raíces hasta cada uno de sus vástagos.

Los celos, el voyeurismo y el deseo sexual hacen de esta novela de 1956 una de las obras maestras de la literatura erótica japonesa. Brillante, elegante, oscuramente irónica, La llave es la historia de un matrimonio en declive, contada a través de dos diarios paralelos. Después de casi treinta años de matrimonio, un respetable profesor universitario en su cincuentena advierte que la relación con su bella y joven esposa Ikuko se agota, y se ve incapaz de satisfacer sus necesidades más íntimas.

Decide empezar un diario personal donde recoge sus deseos y fantasías con la intención de que ella lo lea, y reavivar así la pasión. Poco después, ella empieza también su propio diario. A través de la escritura, establecen un refinado y peligroso juego de erotismo, cargado de celos y tensión sexual, donde el voyeurismo y el exhibicionismo juegan un papel primordial.

La llave, Tanizaki

Las hermanas Makioka

Nos disponemos a leer la novela en la que Tanizaki ejecuta ese acto de contricción que es analizar la cultura propia desde un foco capaz de discernir lo etnocéntrico para ser capaz de desvelar las piezas y el pegamento que componen el mosaico de una cultura tan especial. Solo alguien como Tanizaki, de ida y vuelta de su mundo, puede acabar pincelando en una trama de aspecto costumbrista gran parte de las aristas que hacen friccionar esferas individuales con patrones morales imperantes.

Las hermanas Makioka es el retrato conmovedor, pero implacable, de una familia y de la sociedad japonesa enfrentándose al abismo de la modernidad. Pocos años antes de comenzar la Segunda Guerra Mundial, en la tradicional Osaka, cuatro mujeres de clase alta tratan de preservar una forma de vida ancestral que está a punto de desaparecer.

Lleno de bellas y delicadas estampas de las costumbres de la aristocracia nipona, captura tanto las convenciones sociales como la íntima angustia de sus protagonistas. Las hermanas Makioka, obra fundamental de Junichiro Tanizaki, es fruto de una redacción lenta y meditada, en la que buscó refugio de la catástrofe de la guerra, recreando un suntuoso y exquisito mundo con la nostalgia de un tiempo y felicidad que se estaban desvaneciendo.

Las hermanas Makioka
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