La literatura en portugués encuentra en un Jorge Amado ubicado al otro lado del Atlántico la mejor réplica generacional a los Saramago o Lobo Antunes. Desde el Portugal de los dos monstruos antes citados al Brasil de un Amado encargado de llevar la batuta narrativa del país del Amazonas durante la mitad del siglo XX.
Porque cuando, pasados los cuarenta, Jorge Amado se entregó a la literatura en su vertiente novelística o ensayística ya llevaba su buena singladura vital. Con un bagaje vital desde el que poder ofrecer esa visión del mundo que es toda narración.
Y eligió casi siempre lo pequeño, lo simbólico, lo anecdótico como punto necesario de partida desde el que sintonizar con todo lector. Desde esa reducción al mínimo exponente de lo cotidiano ya se ocupaba Amado de erigir sus tramas hacia ese punto excelso de humanidad que es pasión, vida y muerte. Casi siempre desde el estado brasileño de Bahía para el mundo.
Por supuesto nada mejor que los escenarios donde la pobreza hace su hogar para replantear la existencia más apegada a la tierra, a lo que hay, a la supervivencia sin florituras, ni vaguedades, ni posesiones superfluas. La acción en Jorge Amado es vida, aventura extrema, pasión e incertidumbre como tensión narrativa. Fusión entre obra y vida como en pocos casos se da.
Top 3 novelas recomendadas de Jorge Amado
Capitanes de la arena
Puestos a hablar de vidas en la cuerda floja, de la supervivencia como única meta, nada mejor que contemplarlo desde juventud tan insolente y atrevida como sumisa a una mano que sepa manejar los hilos.
Las habituales pandillas de jóvenes son, en según que países y barrios caldos de cultivo perfectos para nutrir sicariatos con almas jóvenes asomadas a la perdición como única religión posible toda vez que la esperanza desapareció del horizonte antes incluso de abandonar la infancia. Novela situada en Salvador de Bahía, «Capitanes de la Arena» gira en torno a una banda de delincuentes de corta edad que, refugiados en una zona olvidada del puerto, asuelan la ciudad.
La caracterización que hace Jorge Amado de estos niños arrojados a la delincuencia, conocedores de los más sórdidos aspectos de la lucha por la existencia, es uno de los mayores logros del popular escritor brasileño. La picaresca y la ternura, la búsqueda de la supervivencia y el sentido de la solidaridad son rasgos sobresalientes de esta novela en la que se entreveran lirismo y crudeza.
Gabriela, clavo y canela
Sí, las hubo y las habrá. Me refiero a las mujeres fatales (igual que también habrá hombres fatales). La cuestión es explotar los recursos, saber compensar la magia de la atracción y la belleza con una sibilina inteligencia para el fin del emerger desde las sombras de la miseria. Ahí es cuando una mujer fatal tiene todo justificado, incluso la más maquiavélica de las ideas para lograr algo de justicia social.
Cuando Gabriela, una hermosa mulata analfabeta, llega a Ilhéus, ciudad del estado brasileño de Bahía, huyendo del campo y de la miseria, se desencadena un divertido cúmulo de pasiones humanas en un abigarrado marco rebosante de sabores, colores y olores. La sugerente Gabriela, su amante -el pintoresco y pragmático Nacib-, las singulares hermanas Reis y el sempiternamente enamorado profesor Josué son sólo los principales personajes de esta inolvidable novela del escritor brasileño Jorge Amado que, empapada de un vitalismo y una sensualidad profundamente ligados a la cultura y las costumbres de su Bahía natal, es una celebración de la existencia y del humor.
Doña Flor y sus dos maridos
Por mucho que se trate de estereotipos, no se puede negar que la sensualidad más impulsiva es patrimonio de lugares como Brasil, Cuba o muchos otros países del Caribe, de Centroamérica o de Sudamérica. Y esa pasión también puede tomar cuerpo en la literatura, como bien demostró en este libro Jorge Amado.
Solo que, como narrador exquisito que fue, Amado lo reviste todo de la debida idiosincrasia latina, de un imaginario tan colmado de santos como de cuerpos desnudos, de una razón siempre en debida connivencia con lo carnal para poder tener encaje y sustento en estos lares donde el amor y la pasión conviven en absoluta tensión, como buenamente pueden.
Repentinamente viuda a los treinta años, Doña Flor, siempre desgarrada entre la voluntad y el instinto, se casa en segundas nupcias con Teodoro, el metódico y pudoroso farmacéutico de Bahía, con quien pretende estabilizar su vida. Pero, para su sorpresa, pronto se verá requerida de nuevo por su primer marido, el incorregible Vadinho, un sensual, holgazán y juerguista calavera que volverá del más allá con sus capacidades amatorias intactas, dispuesto a poner a prueba la relación de la ejemplar pareja. Una novela inolvidable que plasma todo el sabor, el humor y el encanto de la vida bahiana.