Los 3 mejores libros de Antonio Scurati

Un escritor como Antonio Scurati lo es por vocación, por el gusto de contar historias. Y después llega, o no, ese éxito a la primera a la cuarta o a la quinta ocasión. Y seguramente Scurati sabe que era igual de buen escritor con sus historias anteriores, pero lo del éxito va más con dar en el quid de la oportunidad comercial, del insospechado hueco que hace de una trama la mejor del momento, del mes, del año o solo del día.

Y luego vuelta a la soledad del escritor verdadero, aquel que es más libre para decidir si entregarse a una idea, una suerte de ficción histórica o si, por el contrario, sucumbe a esa tendencia cronística casi antropológica de todo narrador de su tiempo…

Aunque bajo cualquier argumento hay siempre otro tipo de leitmotiv existencial de quien nos narra los hechos. Tras el disfraz del género de turno cada escritor sigue exorcizando sus demonios, revelando sus más hondos placeres o manifestando el extrañamiento propio de la felicidad como fugaz instante y valiosa esencia creativa. Scurati es ese tipo de escritor comprometido sobre todo consigo mismo.

Top 3 libros recomendados de Antonio Scurati

M. El hijo del siglo

En España lo de M. tiene un tinte hasta cómico por aquello del misterioso M. Rajoy que aparecía en contabilidades opacas de algún partido político. Pero en el caso de la Italia de Scurati el asunto de la M. es bastante más siniestro porque se refiere a Mussolini.

Lo de recrear la vida de un personaje tan funesto como este no es algo que me suene ajeno. De hecho, yo también apunté en mi novela «Los brazos de mi cruz» a una ucronía sobre la supervivencia de Hitler al fin de la II Guerra Mundial.

En esta ocasión lo de Scurati va más al aspecto sociológico por encima del personaje en sí. El resultado es esa revisión de los motivos del ser humano para dejarse vencer por su propia miseria moral…

La historia humana está plagada de individuos cuyos nombres perdurarán por siempre; hay otros tan icónicos que se los conoce solo por su nombre de pila. Pero existe otra categoría, la de aquellos que ni siquiera pueden ser nombrados y para quienes basta con una letra: a ella pertenece Benito Mussolini.

Esta es la biografía novelada de un hombre y, a través de él, también la de una época entera, la del surgimiento del fascismo. Pero M. El hijo del siglo es sobre todo una historia vibrante, hipnótica, con la profundidad de un ensayo y el ritmo narrativo de la mejor ficción contemporánea, sobre cómo una sociedad decidió entregarse a los delirios de grandeza de un solo hombre.

El padre infiel

Hay ocasiones en la vida en pareja en que lo peor de todo es la infidelidad cometida con uno mismo. Porque en el empeño por enterrar los reclamos internos para pasar a malvivir a la sombra del otro, la autodestrucción apunta a una culpa sin cura posible.

«Tal vez no me gustan los hombres» El día en que tu mujer rompe de repente a llorar en la cocina se produce un pequeño cataclismo: tu existencia se desmorona, pero a la vez, empieza a entenderse. Es entonces cuando el narrador de la novela, Glauco Revelli (chef en un famoso restaurante, de cuarenta años de edad y padre de una hija de tres años) comienza a ver cómo es realmente su vida.

Al tiempo que narra sus experiencias vitales, como el acceso al mundo laboral, el enamoramiento, la construcción de una familia, Revelli va reflexionando también sobre los cambios de roles y valores que se han producido en nuestra sociedad con el cambio de siglo, cambios que cuestionan radicalmente los esquemas mentales con los que había crecido:
«Nuestro error había sido querer ser felices. Las generaciones que nos habían precedido nunca habían sometido el matrimonio a esa clase de hipoteca».

Una historia romántica

En ocasiones la escenificación histórica es solo un recurso, una necesidad del escritor por posicionar a cada personaje y dar cabida a formas de ver la vida y el mundo que ya hoy se nos escapan pero que, gracias precisamente a este trampantojo creativo, podemos volver a descubrir como si ocupáramos almas de otras épocas.

Soplan aires de revolución en Europa, y en Milán un grupo de hombres pobremente armados se subleva contra el ejército austriaco para reconquistar la libertad de la ciudad.

Soplan aires de revolución en Europa, y en Milán un grupo de hombres pobremente armados se subleva contra el ejército austriaco para reconquistar la libertad de la ciudad. En esos días luminosos de 1848, a las puertas de la Primera Guerra de la Independencia italiana, declarada por Carlos Alberto de Saboya, y antes de que Garibaldi regrese a Italia para participar en la revuelta, Jacopo y Aspasia viven un amor tan breve como la insurrección, pero perenne como un ideal que no ha de morir jamás.

La suya es una historia de pasión y traiciones en un mundo que soñó con ideales y amores absolutos. Treinta y seis años después de esos acontecimientos, el conde Italo Morosini, senador del Reino de Italia, recibe un manuscrito anónimo que le lleva a retroceder en el tiempo. Cuando todas las ilusiones parecen perdidas y se han apagado ya todas las pasiones, el destino llama a su puerta para pedirle cuentas.