Todo gran escritor de bestseller soñaría con la posibilidad de contar con un expresidente de los Estados Unidos para escribir una novela de misterio.
Pero también hay que reconocer que un expresidente de Estados Unidos como Bill Clinton también sale beneficiado al aparecer como escritor conjunto de un libro junto de uno de los grandes: James Patterson. Porque si bien es cierto que Barack Obama ha publicado ya dos libros desde que abandonara su sillón (interesantes libros por cierto en cuanto que aportan más de su aspecto humano que un relato fastuoso al estilo de algún innombrable presidente español), la cuestión es que el salto a la narrativa de ficción ha sido exclusiva de Bill Clinton.
La cuestión es que en la simbiosis Clinton-Patterson ambos salen ganando. Y en lo que respecta al lector también el tandem aporta sus beneficios.
De entrada, el planteamiento de un presidente made in USA que desaparece de la Casa Blanca ante la sorpresa de propios y extraños apunta a total credibilidad en cuanto al modo y los resultados si quien escribe no es otro que el propio Clinton, quien escribe con conocimiento de causa sobre las posibilidades remotas de que un presi sea raptado…
El problema mayor es que tras la desaparición vienen las dudas sobre espionaje, ciberataques y algún topo introducido en la esfera más cercana al presidente. Rizando el rizo se puede pensar que incluso el propio presidente está inmerso en algún extraño plan que de momento desestabiliza a todo Estados Unidos y al mundo.
Los detalles sobre el supuesto funcionamiento interno de seguridad, la exhaustiva información transformada en avatares literarios bajo el inconfudible tono de suspense de Patterson terminan por presentar una novela de máxima tensión que desconcierta en tanto en cuanto pueda realmente desvelar aspectos de seguridad trascendentales…
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