Los 3 mejores libros de José Pablo Feinmann

Filósofo por vocación y por título, periodista por necesidad comunicativa y escritor por inquietud cultural. Si a todo ello le sumamos que José Pablo Feinmann también escribe guiones de cine, encontramos a una especie de factótum cultural con sus pujantes inquietudes sociales y políticas con las que también termina abordando el ensayo como cauce para su pensamiento más arraigado a la realidad.

En lo se refiere a la estricta narrativa de ficción, José Pablo Feinmann se sumerge en el género negro con esa voluntad propia de quien pretende desvelar cuánto de negro tiene nuestra realidad. Desde las más altas esferas hasta los más hondos suburbios todo se acaba moviendo bajo la sordidez de los intereses espurios. El más fuerte de la pirámide humana, a día de hoy, es aquel capaz de sobrevivirse a sí mismo despojado de moral.

Cuanta menos moral más alto puedes llegar. Y la novela negra, pese a su asociación a la narrativa de ficción se ocupa en muchas ocasiones en la falsedad tras el liberalismo, el capitalismo, los eslogans y las buenas formas. Descubrir la novela negra como una forma de denuncia no es nada nuevo. Desde que este género transformara el género policíaco, el oscuro funcionamiento de las sociedades son el más claro reflejo de muchas de estas novelas entre lo policíaco y el otro extremo de thrillers sin vinculación social o política.

Feinmann escribe ese tipo de novelas negras, las que hablan de engranajes y mecanismos que chirrían en el funcionamiento mecánico de nuestras sociedades.

3 novelas recomendadas de José Pablo Feinmann

Los crímenes de Van Gogh

Los noventa se asomaban al nuevo milenio con incertidumbres sociales pero con un halo perfecto de triunfante modernidad. La Argentina de aquellos años se iba alejando de viejos conflictos con deudas pendientes que aún permitían ejercer a policías herederos de dictaduras o que aún eran capaces de recuperar sombras y miedos.

El miedo es una estupenda herramienta de control, pero tiene sus derivas inesperadas en los personajes más abyectos. El mal en esta novela es un cuerpo geométrico de variables aristas donde descubrimos a tipos cuyo fin vital es convertirse en asesinos en serie,  otros para los que el abuso es un derecho adquirido por los años de derrota, los más capaces se disfrazan de bienhechores para sacar mejor provecho del mal. Un mundo avieso sin duda no tan lejano en los 90 ni hasta hoy.

Los crímenes de Van Gogh

Últimos días de la víctima

Un asesino a sueldo necesita sobre todo sangre fría y eficacia. Mendizábal se considera un gran profesional del sector de los muertos a cuenta.

Aquella noche tenía que esperar a Rodolfo Külpe, residente en el acomodado barrio de Belgrano, repleto de gentes con seguro médico privado y rodeados por centros comerciales y servicios de primera. Rodolfo es todavía joven para morir a sus 35 años, pero Mendizábal no suele preguntar por los motivos de cada encargo, resultaría sucio acercarse al particular a punto de ser finado planteándose cualquier atisbo de duda.

Una noche como otra cualquiera, Mendizábal agazapado espera a que Rodolfo arribe para informarle de su juicio final sin recurso. Y sin embargo el fin no llega. Mendizábal encontrará poderosas razones para no disparar. Por primera vez su profesionalidad se vendrá abajo por completo.

Últimos días de la víctima

El cadáver imposible

El tema de la obsesión por el triunfo siempre tiene un punto cómico que puede acabar siendo trágico. El escritor que buscar serlo más allá de sus propios ojos, que anhela abandonar la invisibilidad de su escritorio para trascender entra en una contradicción y conflicto que puede desembocar hacia cualquier lado. Primero porque ser escritor es escribir (en primera y última instancia)

El personaje de esta historia deja de escribir para él, por el gusto o la voluntad por contar algo, y pretende alcanzar a lectores imaginarios fascinados por la sangre y violencia de sus novelas negras negrísimas. Hasta que en algún momento ocurre ese clic, ese punto sin retorno en el que la obsesión convierte su propia vida en escenario de sus propuestas negras… La obsesión y el delirio, el fracaso y el éxito más enfermizo.

El cadaver imposible
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