Los 3 mejores libros de F. Scott Fitzgerald

La primera mitad del siglo XX vivió un auténtico boom de buenos escritores en Estados Unidos. Por aquellos días, entre las dos grandes guerras y con la Gran Depresión de por medio cabe preguntarse si no pudiera ser que las circunstancias adversas sean las que acaben generando escritores que atestiguen el devenir de la vida.

La adversidad debe ser necesariamente purgada, sublimada. La literatura es un placebo emocional e intelectual para superar malos tiempos… La generación perdida de los Hemingway, Faulkner, Steinbeck y el propio Francis Scott Fitzgerald, a quien traigo hoy a colación a este espacio, quizás le deban mucho a lo que les tocó vivir.

De no ser por los tiempos críticos, de no ser por las monstruosidades vividas y por la carestía… o dicho de otra forma, habiendo sido un mundo feliz… ¿qué necesidad habría de contarlo? Muchos de aquellos autores de la generación perdida disimulaban, se escondían en un estilo de vida bohemio, pero cuando escribían no les quedaba otra que tragar bilis y narrar sus pesares compartidos con toda la sociedad.

Francis Scott Fitzgeral sintió la misma imperiosa necesidad que otros de sus coetáneos y escribió. Y dentro del infortunio de los bélicos y críticos años del siglo XX, bienvenida sea esa decisión porque de sus manos salieron algunas de las más brillantes historias…, aunque la experimentación hacia la literatura forzara un final temprano de su vida a los 44 años.

3 novelas recomendadas de F. Scott Fitzgerald

A este lado del paraíso

El paraíso de los años 20 en Estados Unidos era una sombra, un carnaval, un lucimiento hipócrita que se erigía sobre un mundo en un continuo conflicto latente, el que los enfrentaba a otros países pero también entre sus propias clases sociales.

La evasión de las clases altas y de la pujante burguesía disimulaba en ese escenario de calma chicha. Todo lo que ocurre en esta novela es un reflejo real de lo que el propio autor divisaba en su solazado estilo de vida.

La falta de escrúpulos de unos y el nihilismo de los pocos que albergaban algo de conciencia. El crack de 1929 fue el amargo despertar a ese estado de hibernación social que anuncia esta novela.

El gran Gatsby

El triunfador de la época del autor era aquel que sabía lidiar con la ley y la moral a la para que estrechaba lazos con las mafias y servía de plataforma de acceso de la corrupción hacia la política.

Nunca un presente de desenfreno y descontrol fue tan acuciante como aquel que vivió la américa de mediados del siglo XX. Jay Gatsby es el protagonista de la novela, todo un caballero de las apariencias y anfitrión perfecto para toda fiesta. F. Scott Fitzgeral se sirve de él para presentarnos los descosidos de la sociedad de aquellos años.

Toda ley era evadida por las mafias, la represión solo servía para acallar al pueblo en última instancia. El descontento se palpaba por las calles, mientras en los salones de turno el jazz seguía amenizando la vida irreal.

El gran Gatsby

Hermosos y malditos

En cierta forma Scott Fitzgerald era un observador privilegiado, un escritor con carisma que iluminaba toda reunión social.

Pero mientras participaba la fiesta, Scott observaba, diseccionaba esa realidad. Y es que el alma del autor era contradictoria, disfrutaba pero reconocía la falsedad. Tal vez una parte de él quisiera haber actuado de manera más consecuente.

Si sus libros suponían una denuncia de la mascarada general, ¿para qué seguir con el juego? Hedonista e hijo de los tiempos que corrían, en novelas como esta finalmente se ocupaba de representar a la juventud perdida, sin horizontes, sin un tiempo futuro previsto más allá del instante siguiente.

Una generación de réplicas de Dorian Gray que no esperaban encontrarse con el peor de sus reflejos. Una gran novela sobre el nihilismo que puede acompañar a los malos tiempos…, algo parecido a la actualidad.

Hermosos y malditos
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