Las mejores novelas de terror

El terror como espacio literario está marcado con esa vitola infumable de subgénero, a medio camino entre lo fantástico, la ciencia ficción y las novelas negras.

Y no será que no tiene relevancia el asunto. Porque en muchos aspectos la Historia del ser humano es la historia de sus miedos. Desde que apareciera el fuego con el que poder alumbrar las noches más oscuras de las cavernas hasta las brumas acechando en una gran ciudad, pasando por el poder de los grandes dictadores que manejaron ese miedo como sustento motor para controlarnos…

Cuántos aspectos esenciales de nuestro ser estarán ya estudiados en psicología y psiquiatría respecto al miedo… Y sin embargo en literatura se considera que el terror es un mero entretenimiento morboso, una mirada inquietante hacia ese accidente acaecido en plena calle, mientras paseamos con alivio por no habernos sacudido de cerca.

De cualquier forma, por mucho que se le etiquete como algo menor, el terror está ahí tratado en la ficción como actor principal en multitud de autores, y con menor protagonismo en todos los restantes. Porque el miedo es inherente a nuestra condición, es el que nos predispone a la alarma. Y no querer conocerlo es asumir el bloqueo como única respuesta potencial.

Así que, sin más prolegómenos, vamos allá con esos autores que en mayor medida cultivan el género de terror para sus incondicionales lectores. De entre todos ellos saldrán muy buenas obras para pasar un rato terrorífico.

Poco a poco iré añadiendo nuevos autores a la selección. Porque la lista de los mejores libros de terror actuales no para de incrementarse…

Stephen King, maestro de maestros

No es que la inabarcable producción literaria de Stephen King se circunscriba al terror. De hecho, desde ese etiquetado inicial se ha prodigado en muchísimas más obras fantásticas, de ciencia ficción o de géneros más populares, pero siempre con una capacidad empática hacia sus personajes incomparable con ningún otro autor vivo.

El terror de Stephen King nos asalta desde cualquier flanco.

Puede ser un payaso reconvertido por él en paradigma de los miedos infantiles, esenciales, prolongados desde lo ancestral hasta nuestro ser último.

Pero también puede sobrevenirnos con la intensidad eléctrica de un desvarío psicológico de algún personaje completamente entregado a su locura como causa última, amenazando al resto de personajes y atenazándonos con ese perfilado realista y siniestro de lo que puede llegar a componer la mente humana.

Cómo no, desde lo fantástico también King teje sus telas de araña que nos atrapan de manera irrenunciable, socavando nuestra voluntad de escapar, mostrándonos lo que puede llegar desde otros mundos y dimensiones acechantes a la sombra de los sueños.

Lo mejor de todo, en este terror hecho género propio por King, es esa capacidad de transformarlo todo. Porque los comienzos de una novela electrizante de puro miedo pueden apuntar a algo bien distinto.

Una inocente niña en el instituto, señalada por sus compañer@s, abusada, víctima de acoso… Unos viejos amigos de la infancia que se reúnen entre bromas y cachondeo muchos años después… Una idílica familia en busca del calor de un hogar entre bucólicas estampas.

Nunca nada es lo que parece en una novela de terror de Stephen King. Pero es que es precisamente eso lo que buscamos. Añadiendo además una de las últimas y más sorprendentes virtudes de King. No hay otro autor que equilibre los horrores más inmundos con una sensación de humanidad pincelada oportunamente en diferentes escenas, consiguiendo así esa mimetización absoluta, la más desquiciante empatía.

Algunas novelas de terror de Stephen King:

Egar Allan Poe, alma atormentada

Símbolo por excelencia del terror. Emblema de ese miedo que parte desde dentro, desde una perturbación interior que removía sus oscuras aguas para acabar emergiendo todo tipo de monstruos cotidianos en su prosa, y de fantasiosos y escabrosos elementos en sus versos.

Poe era tétrico como unos violines agudos y desafinados que empiezan a sonar continuadamente, como una obsesión, en mitad de la noche. Y los ecos llegan hasta hoy aún firmes, con ese deslizar de cuerdas tensas que erizan la piel.

En ciertos escritores nunca sabes dónde acaba la realidad y dónde empieza la leyenda. Edgar Allan Poe es el escritor maldito por excelencia. Maldito no en el actual sentido esnob del término sino más bien en un profundo significado de su alma gobernada por infiernos a través del alcohol y la demencia. Pero… ¿Qué sería de la literatura sin su influencia? Los infiernos son un fascinante espacio creativo al que Poe y muchos otros escritores bajaban frecuentemente en busca de inspiración, dejando jirones de piel y pedazos de su alma en cada nueva incursión.

Y los resultados están ahí… poemas, relatos, cuentos. Sensaciones escalofriantes entre ideas delirantes y sentimientos de un mundo violento, agresivo, acechante para todo corazón sensible. La oscuridad con el adorno de lo onírico y lo demencial, lirismo de violines desafinados y voces de ultratumba que despiertan ecos obsesivos. La muerte disfrazada de verso o de prosa, bailando su carnaval en la imaginación del intrépido lector.

Algunos libros de terror de Edgar Allan Poe

Clive Barker y el terror monstruoso

Heredero de ese Poe de nervios atenazados por inquietantes y espeluznantes visiones de seres imposibles, Clive Barker despierta sus particulares seres espectrales para que no olvidemos nunca que esos grandes monstruos que habitan las sombras, como el hombre del saco o el que toque en cada lugar del mundo, también tiene un rostro, casi siempre marcado por los más horrorosos avatares.

Alguien debía encargarse de mantener vida la herencia de Edgar Allan Poe. Algún escritor (más allá de que Barker también se dedique al cine, a los videojuegos o al cómic) debía seguir pensando primero en una historia como simple cuento o novela con los que aterrorizar a lectores. Y ese, sin duda, es un Clive Barker que va más allá añadiendo componentes sexuales y un toque gore más acorde con nuestros tiempos.

Desde su archiconocido Hellraiser, Barker asalta también lo fantástico, perdiendo ese horizonte del terror más próximo (al otro lado de nuestras paredes quizás). Pero su voluntad siempre loable de hacer del género de terror un universo extenso, prolífico y dispuesto para embarcar a cualquiera hacia un viaje por los horrores más insospechados, merece que sea citado para gloria del género.

Algunos libros de terror de Clive Barker

Mariana Enriquez y el lado salvaje

El mejor ejemplo de que el terror es algo más que un subgénero. Porque en base a terrores, horrores o simples miedos que acaban irrumpiendo en la vida sosteniendo toda existencia, Mariana compone el más intenso mosaico existencial. Una autora que transita por ese lado salvaje de nuestros miedos más ocultos, quizás los que el subconsciente se trata de blanquear ligeramente en los sueños.

La literatura de Mariana tiene una intensidad sostenida desde que a sus tiernos 19 años ya compusiera su primera novela “Bajar es lo peor”, una historia que marcó a toda una generación en Argentina.

Desde entonces, Mariana se deja llevar por escenarios terroríficos, por fantasías espeluznantes, como un Edgar Allan Poe transmutado a estos días inciertos, por momentos más siniestros que los suyos.

Y desde esos escenarios, Mariana sabe combinar ese existencialismo sorprendente, fatalista y rezongante, empeñado en echar por tierra cualquier atisbo de esperanza. Solo así pueden sus personajes brillar por momentos, en destellos de humanidad de amarga lúcidez cegadora.

Terror de nuestros días que parece haber superado cualquier fase de viejos símbolos, personajes recurrentes y sustos para apuntar a algo más hondo y laberíntico, a un miedo que contrae el estómago como si un puño interno lo apretara.

Richard Matheson, muestrario de horrores

Uno de los peores horrores que puede padecer el hombre es la sensación de un mundo silencioso donde no queda nadie. El propio apocalipsis con el que cierra la Biblia apunta a ese oscurecimiento de nuestro mundo plagado de símbolos donde el hombre se mueve como ecce homo ante la nada.

La película «2001, una odisea espacial» también aborda en sus escenas finales esa terrorífica sensación de soledad en sintonía con la vejez. Nadie queda entre esas cuatro paredes blanco nuclear suspendidas en el universo o en la nada, que viene a ser lo mismo en una creciente noción de locura.

Pero volviendo a Matheson, sin duda escribió una de las mejores historias posapocalípticas en las que el miedo lo gobernaba todo. Nada que ver con mundos recompuestos desde la nada para apuntar a temáticas fantásticas.

En «Soy leyenda» el ser humano está solo en una ciudad como Nueva York (yo mismo tengo una foto en el portal donde se encerraba a cal y canto Will Smith), todo lo que ocurre tiene esa sensación de fin absoluto. Si los últimos humanos desaparecen de la Tierra, no queda nada.

Carlos Sisí, habitantes de las sombras

En su versión española, el terror encuentra en Sisí a uno de sus más firmes aliados. Este escritor madrileño acopia sagas y series de zombis y vampiros como para llenar todo un infierno.

Novelas intensas y magnéticas, cargadas de ese horror entre la vida y la muerte, sobre las tumbas y entre amenazantes seres anhelantes de sangre o de cerebros, lo que toque…

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4 comentarios en «Las mejores novelas de terror»

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