3 mejores libros de Peter May

El caso del escritor escocés Peter May es el paradigma de lo ecléctico entre lo policíaco y las nuevas corrientes noir. Una especie de reconciliación de los orígenes con su evolución. En May tan pronto encontramos ecos de Chandler o de Hammett como que acabamos adentrándonos en salas de medicina forense actual para descubrir esos detalles que la ciencia ofrece para el discernimiento del más avieso de los crímenes.

Y sin duda la mezcla, como en tantos otros casos, se disfruta. Más aún si conseguimos despegarnos de predilecciones más puristas o más vanguardistas. Y el disfrute es aún mayor cuando profundizamos en escenarios muy dinámicos, como continuaciones de los guiones en los que May es también un reconocido guionista.

Pero el bueno de May no se detiene en esa voluntad narrativa de la miscelánea en lo argumental. También su escenografía se enriquece con propuestas en entornos tan dispares como China o Francia, ajustándose en cada momento a esa necesaria ambientación sobre la que May exhibe su profusa documentación obtenida en incesantes viajes y contactos con los ambientes criminalísticos de unos u otros lugares.

Si bien su extensa obra, iniciada ya en los años setenta del siglo pasado, apenas acaba de llegar a España por medio de su trilogía de Lewis, ya podemos apuntar a esa selección de recomendables que irá in crescendo a la vista de la buena acogida de este autor. Una apuesta segura que seguro acabará consolidándolo como otro nuevo referente de un género negro hecho bestseller mundial desde hace muchos años.

Top 3 libros recomendados de Peter May

La isla de los cazadores de pájaros

Novela con la que despega la trilogía de Lewis, la gran isla escocesa sobre la que se erigen las piedras de Callanish y en la que May construye una historia con esa paradójica sensación de claustrofobia que ofrecen las islas cuando se considera su limitado espacio rodeado de agua y separado de cualquier forma de escape…

Finlay Macleod proviene de ahí, pero su carrera de detective lo condujo hacia nuevos lugares más urbanos, donde los crímenes apuntan más a lo humano que a cualquier otra percepción siniestra o incluso mística, tal como parece que ocurre ahora en Lewis  y a donde regresa ahora Finlay para tratar de poner luz al caso y, sin saberlo, a su pasado.

En principio Finlay regresa para estudiar un asesinato, pero el destino le acaba ofreciendo un regreso a sus días de juventud en los que se enfrentó a la roca de Sula Sgeir y a una tradición letal de los jóvenes del lugar.

Porque él pasó por ese rito y de nuevo jóvenes del lugar se enfrentan a esa pugna contra los elementos, hacia una superviviencia final que puede conducirlos a enfrentarse a lo peor de su ser…

La metodología de Finlay el investigador y sus miedos atávicos, las frías corrientes de viento, los elementos capaces de arrastrar consigo las almas de los jóvenes. Una novela negra inquietante.

La isla de los cazadores de pájaros

El hombre sin pasado

En la isla de Lewis sobre todo hay viento, un silbido constante e intenso que canta a la soledad y hasta la locura. Vivir en ese lugar es asumir el castigo de los elementos.

La naturaleza de Lewis es exuberante en su capa más básica, cubriendo del verdor inextinguible y de humedales sin arboledas que arraigen o que puedan entorpecer el castigo del viento.

Hermosura siniestra en la que May ha desarrollado una trilogía que pudiera parecer limitada por el espacio de la isla pero que finalmente se explaya con una gran sensación de la humanidad gobernada por el miedo.

Un escenario perfecto para abordar una trama como la de esta segunda novela que evoca a lo tribal, al regreso de ancetrasles prácticas de comunicación con los dioses, sangre mediante.

Cuando el cuerpo de un joven aparece en los humedales y su ADN lo vincula con Tormod Macdonald, un viejo del lugar, el asunto adquiere un regustro de humor macabro.

El propio Tormod no reconoce a ese familiar. Macleod deberá poner todo de su parte, su sapiencia como investigador y su conocimiento del terreno en el que se mueve para tratar de desvelar el misterio del cuerpo aparecido desde siglos atrás o desde la ocultación más premeditada.

El hombre sin pasado

El último peón

La naturaleza es caprichosa, en ocasiones sus antojos son más bien mensajes que van desde los avisos actuales del cambio climático, hasta funcionalidades insospechadas que parecen más propias de funcionalidades celulares de un ser vivo.

En la isla de Lewis un lago ejecuta su periódico trabajo de drenaje y ofrece su fondo vacío. Pero en esta ocasión ese fondo muestra los restos de un accidente aeronáutico.

La desaparición de Roddy Mackenzie a los mandos de su avión se consideró que ocurrió más allá de la isla, pero la extrañeza de su paradero en el fondo del lago hace pensar casi veinte años después que nada ocurrió como se consideró.

El bueno de Macleod se ve salpicado directamente por este caso retrotraído a sus dias jovenes. Así que tiene más conocimiento de causa que nunca para dar con la verdad.

Solo que, en muchas ocasiones, lo cierto acaba con engarzar con culpas inimaginadas y con reescrituras del destino y de la historia que hay que considerar sopesar.

Una narración que nos ubica en ese extraño estadio de la más intensa de las contradicciones sobre el bien, el mal y la necesidad de supervivencia de todo lo construído para escapar del aciago destino…

El último peón

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