Los 3 mejores libros del sugerente Manuel Rivas

Siempre hay que dejarse llevar por las recomendaciones. Una buena amiga me pasó un libro de relatos en una ocasión. Se trataba de Ella, maldita alma y de aquel préstamo han pasado ya muchos años (juro que lo devolví). Lo empecé a leer sin mucho interés, estaba yo más por aquel entonces con libros de misterio o de ciencia ficción.

Puede ser que al final este libro de Manuel Rivas me impactara incluso más por el contraste con las otras lecturas recientes… No sé, la cuestión es que en el mágico contraste entre lo liviano y lo profundo encontré un relato mágico, existencialista pero muy vivo, intenso y conmovedor pero no como una historia ajena, sino como algo propio.

Sin duda Manuel Rivas tiene una capacidad narrativa hacia una empatía esencial, aquella que es capaz de convertir la generalidad de un relato en tu relato. Manuel va más allá de una cacterización de personajes para que consigas esa interacción con los motivos y las acciones correspondientes. Se trata más bien de que leyendo muchos de los relatos y novelas de Manuel Rivas, de alguna forma te ves impelido a buscar tus propios motivos para ser y actuar en la acción propuesta o, lo que es más interesante en la reflexión correspondiente. Si esto no es el significado exacto de conmover, como impulso hacia los sentimientos propios, ya me dirás tú.

Libros recomendados de Manuel Rivas

Ella, maldita alma

Lo de las clasificaciones es algo enteramente subjetivo en casi todos los ámbitos. Y en este, mi blog, este libro de Manuel Rivas ocupa el primer puesto de su obra. Desconozco cómo se consigue esa musicalidad que empasta este tipo de volúmenes de relatos, pero el resultado común es inequívoco.

Se trata de nuestra alma humana, de sus reflejos en lo cotidiano, de su huella dejada en lo inerte. Todos los relatos de este libro dejan una impresión de pequeñas muestras de inmortalidad y a su vez de la pesada duda de lo que será de nuestra alma doliente una vez dejemos este mundo.

Un alma doliente que se va dejando jirones cada día y que parece poder comunicar con otras almas a través del aroma de una vieja madera, o en el sonido hueco de una piedra…

Ella, maldita alma

¿Qué me quieres, amor?

Una pregunta ciertamente incompleta, como el mismo amor, absorto en su perfección e incapaz de alcanzar su esencia para ser comunicada. Será eso o básicamente forma parte de la contradicción del ser humano, capaz de amar hasta las últimas consecuencias e incapaz de evidenciarlo de viva voz. Poco importa amar si no se dice que se ama.

En realidad puede ser todo fruto del miedo. Si asumimos que no somos nada, que todo lo que nos queda es el amor incondicional, estamos perdidos. Nuestro miedo más esencial nos puede llegar a impedir vivir.

Pero…, al fin y al cabo es un miedo justificado. Si nos asumimos nuestra derrota, si abrimos nuestro corazón, las ausencias son ocupadas por el pasado y los recuerdos, si mantenemos la coraza tal vez podamos sobrellevar la pérdida con una siempre amenazante tristeza.

Manuel Rivas expone a los personajes a la violencia, a la soledad y a la guerra. Algunos son hasta capaces de superar el miedo para enseñarnos a ser verdaderos héroes del valle de lágrimas.

¿Qué me quieres, amor?

Todo es silencio

El silencio es el escondite de la verdad, de la culpa y del remordimiento. En el silencio se pueden cerrar los negocios más sórdidos y confiar en las voluntades capaces de vender su alma.

En el silencio se acaban ahogando los sueños de los jóvenes, incapaces de descifrar el significado marino de la calma chicha. El silencio es, al fin y al cabo, la perdición.

En esta novela se nos acerca con un lirismo fatalista a las vidas de los más desfavorecidos de la patria chica del autor. La oportunidad de prosperar para los jovenes hijos de la costa atlántica pasaba por las promesas de los mercaderes de todo tipo de tráficos ilegales.

El propio carácter hermético gallego parece auspiciar ese silencio donde medra la delincuencia y la corrupción.

Todo es silencio
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