Pártete la caja. Los mejores libros de humor

Si en su momento comentamos que el género de terror trata sobre algo tan esencialmente humano como es el miedo, al abordar el asunto de la literatura de humor también entroncamos con atávicas esencias emocionales.

Seguro que antes de que llegara el fuego ocurrió que un buen día un protohombre salió de su cueva. Nada más pisar el bosque se tropezó y calló al suelo. Su vecino de gruta se descojonó a su manera, con una pseudo carcajada gutural y sus ostentosos golpes en el pecho de puro jolgorio, acababa de inventarse el humor. (Sí, desde luego aquel humor no podia ser rollo inteligente).

Así que poca cancha se le da al género de humor en sí como entidad propia. Aunque las gotas de humor asaltan habitualmente la novela, el ensayo o cualquier otra forma de narración en verso o prosa.

Aún así siempre encontramos a los más puristas, escritores que hacen del humor su argumento vía ironía o esperpento, surrealismo o ridiculización. La cuestión es reirse. Y cuando alguien es capaz de reirse con un libro entre las manos se produce una magia especial.

Porque los profanos al asunto del humor hecho libro observan la escena incrédulos. En su sesera no se pueden imaginar que un libro pueda otorgar ese momento de placer, esa carcajada abierta y liberadora…

Los cultivadores del humor son muchos. Vamos a tratar de hacer una selección de obras imprescindibles de autores y autoras con una comicidad insólita plasmada negro sobre blanco…

Top 8 libros recomendados de humor

Wilt, de Tom Sharpe

Wilt es un tipo de ese otro lado del espejo de nuestra realidad, Un personaje que debiera ocupar asiento preferente en el patio de butacas donde la imaginación de tantos escritores dispone a sus creaciones para que acaben contemplando el mundo. Y anda que no se ríen El Quijote, Ignatius Really, Gregorio Samsa o Max Estrella mientras observan lo ridículo de la realidad, esa construcción de voluntades subjetivas, de pulsiones y de contradicciones enterradas como víctimas de una novela a parte.

En fín, divagaciones a parte, en esta novela conocemos al excéntrico Wilt en ese preciso momento en el que da por fin rienda suelta a todas sus excentricidades, ese momento de liberación en la que Wilt descubre que no merece la pena seguir con la farsa. Adornar la trama con una muñeca hinchable, que si no recuerdo mal aparece enterrada en el mismo colegio donde trabaja Wilt, o con unos policías deslumbrados por la felicidad de un hombre al borde de la hecatombe, nos invita a reir sobre ese esperpento del que antes hablaba.

Un esperpento extendido al sistema educativo con la excusa de un profesor Wilt en plena efervescencia. En general es un escenario sobre lo ridículo proyectable a cualquier entorno aunque centrado en este caso sobre la clasista inglaterra.Una novela sobre la variabilidad de los principios a los que apuntaba Groucho Marx, y al que no le gusten esos principios, siempre se puede recurrir a otros…

Todo Wilt

La conjura de los necios, de John Kennedy Toole

A veces el humor es el ácido reflejo de una visión clarividente de un mundo infestado de mediocridad, cinismo y abyectas contradicciones. Kennedy Toole plasmo en este libro al antihéroe que todos somos, al ridículo supino, a la hipérbole de nuestra naturaleza humana, al esperpento del ser humano en sociedad y su evolución hacia la catastrofe desde la negación de las miserias.

Reir de Ignatius al menos es sano en esa parte de burla sobre nosotros mismos. En el mejor de los casos, ante un lector optimista, también acaba brotando la risa por el ridículo protagonista. La cuestión es reir aunque finalmente quede ese poso extraño sobre el tipo infame que no se parece en nada a nosotros…

Ignatius J. Reilly es un personaje universal, en la literatura y en su triste reflejo de la vida real. Llega el momento en el que todo hombre ilustrado descubre que el mundo está plagado de necios. En ese duro instante de asombrosa certidumbre, lo mejor es encerrarse en uno mismo y disfrutar de unas buenas salchichas.

La conjura de los necios

Un trabajo muy sucio, de Christopher Moore

¿De qué reir al fin y al cabo? de la muerte, of course. No queda otra que asomarse a ese abismo insondable tras el cartel de “the end” y echar unas risas con el puñetero polvo que seremos y que se meterá en los ojos de los incautos en días de viento.

Eso debió pensar Moore cuando creó al pobrecillo de Charlie Asher y le dotó de la facultad para acompañar a la muerte allá por donde va, facilitando que la parca siegue vidas en una cosecha jamás tan frenética gracias a Asher.

Debe ser cosa de que la muerte es muy fan de Murphy. Y ya se sabe, cuando las cosas van demasiado bien, espérate a la tormenta de la calma chicha.

En su presencia anodina, Asher es uno de los tres tipos más afortunados del mundo (los otros dos ya murieron en sendos accidentes en patinete). Junto a su mujer compone esa sinfonía de normalidad hasta que conciben a Sophie. Porque es llegar ella y aparecer la muerte (quizás por falta de sueño o por simple fortuna). El desternillante devenir de Asher se acompaña de gente que muere en cuanto está cerca de él y de mensajes proféticos que anuncia más y más muertes. Hartazgo de muerte disparatada, argumento descojonante para ese suspiro extraño que finalmente acompaña al cesar de la risa.

Un trabajo muy sucio

Genio, de Patrick Dennis

Me encantan las novelas que satirizan esos mundos presentados con su perfección de sonrisas y buen rollo. Y aunque a la postre siempre queda un poso amargo en toda burla satírica, ese es precisamente el humor trascendente.

Una novela que nos introduce en la trastienda del glamuroso Hollywood. Una ficción acerca de las vidas de ficción que desfilan por la alfombra roja. Una mirada cercana a las estrellas de brillos fatuos donde todos querían verse reflejados.

En este libro Genio, el escritor Patrick Dennis, estrechamente vinculado con el cine de los años 50 y 60, desmonta el mito farandulesco y presenta la vida de actores, directores, productores, guionistas y demás pléyade, convirtiéndolos en una caterva de seres aferrados al brillo fugaz de los estrenos y la gloria.

Para reirse de todo, nada mejor que empezar por uno mismo. El propio Patrick Dennis se representa en su novela con su propio nombre y su rol como escritor condenado a un atasco creativo. El gran director Leander Starr, fugado a tierras mexicanas para escapar de mujeres y de inspectores fiscales, lo recluta para escribir el guión de su nueva y fulgurante pelicula.

Como si de Don Quijote y Sancho Panza se tratara, ambos personajes se mueven en una sátira sobre el mundo del cine. Con sus excentricidades y sus debilidades, con sus vicios y sus megalomanías. El mítico mundo del más esplendoroso de los Hollywoods conocidos toca tierra en esta novela. Pero en cierta forma es para bien. Mitificar resulta bastante fácil. Conocer realidades detrás de personajes emblemáticos que ocupan puestos de honor en el imaginario popular, rebaja un poco con gaseosa el asunto.

Aunque al final, llegar a conocer miserias y bajezas, reír con el estrépito y la locura de aquellos actores durante esos años, acaba acrecentando el mito. Es algo sin duda curioso, que tiene más que ve con la nostalgia del pasado que con la cruda realidad del día a día de las estrellas de alfombra roja.

Genio, de Patrick Dennis

El vendido, de Paul Beatty

Reirse de lo trágico, de manera creible, convincente y magnética es un acto de sublimación literaria. El protagonista de esta historia es un tipo que, desprovisto de lo poco que le quedaba en el mundo, decide lanzar una continua risotada a un mundo que ha perdido todo el sentido.

Envuelto en el humo de la marihuana, el protaginsta de la historia, recientementemente huérfano y sin nombre conocido, se plantea la existencia como una serie de asuntos pendientes de los que sólo él se puede encargar. Habiendo llegado el estado de las cosas a semejante extremo de gilipollez suma, solo su voluntad férrea puede volver a levantar un mundo digno.

La sátira es el truco final con el que Paul Beatty dota a esta historia de una doliente risa que sobrevuela asuntos tan sórdidos como el del racismo llevado al extremo de la esclavitud. Pero siempre sonríes, pase lo que pase, Beatty sabe sacarte una risa.

La composición literaria de un delirio de esta embergadura solo puede ser leído y entendido por majaderos que atraviesan el mismo periodo delirante de la Historia. De ahí que esta novela sea una obra maestra de la modernidad, de la decadencia y la superación de todo a través de una risa patológica. No te digo más… Bueno sí, que se le concedió el premio Booker 2016, nada menos.

El vendido, de Paul Beatty

¡Paren las máquinas!, de Michael Innes

Un escritor que escribe sobre otro escritor. Literatura con conocimiento de causa. Una fácil tarea de documentación para el bueno de Michael Innes, quien nos dejara en 1994.

Bromas a parte, lo que el libro ¡Paren las máquinas! nos presenta es una interesante combinación de humor y thriller. Dificil combinación, ¿no crees? El humor negro, ácido, es lo que tiene, combina bien con todo.

Un escritor llamado Richard Eliot vive cómodamente gracias a sus novelas policíacas en las que un personaje llamado Araña, sofisticado criminal donde los haya, va saliendo indemne de mil emboscadas que le preparan las fuerzas del orden para atraparlo. Solo cuando la Araña consigue reconducir su conducta pacta con la policía su integración en la sociedad, con las contraprestaciones pactadas.

Pero, en un momento dado, esa ficción salta a la realidad más próxima del autor Richard Eliot para trastocarlo todo. Con el mismísimo modus operandi de la Araña, que hace dudar a todos sobre la imitación o directamente el posible salto desde la ficción, el personaje acude a la realidad para retratar en cada uno de sus actos a una sociedad decadente y centrada en las apariencias. La Araña es un criminal tras cuyo rastro va sacando lo peor de esos supuestamente estratos superiores.

Escenarios en cierta forma surrealistas se van sucediendo en torno a este singular caso de replicación de un personaje de ficción. A cada momento van apareciendo personajes de lo más estrafalario que despiertan la comicidad y la complicidad en un lector encantado de avanzar entre el misterio y la intriga con esa sensación latente de humor trágico. Una obra literaria convertida en burla constante sobre la supuesta moral en la que se esconden las almas más viles, los grandes hombres y mujeres que pasean por el mundo su superioridad.

¡Paren las máquinas, de Michael Innes

El club del crimen de los jueves, de Richard Osman

No siempre es fácil leer una novela de humor. Porque la gente presupone que un tipo que lee un libro está profundizando en sesudos ensayos o atenazado por la tensión de la trama novelesca de turno.

Así que echarte a reir mientras lees invita rápidamente a pensar en algún tipo de psicopatía. Pasaba mucho con Tom Sharpe, genio de las tramas disparatadas al que en gran forma evoca esta novela de Richard Osman.

Porque de nuevo se trata de ridiculizar géneros completamente opuestos como el policíaco. Y en eso, en el esperpento hecho sátira, bien saben estas dos plumas inglesas despertar la hilaridad más liberadora. Porque en las escenas más ridículas la literatura puede estar a la altura de cualquier otra forma de humor.

En un pacífico complejo privado para jubilados, cuatro improbables amigos se reúnen una vez a la semana para revisar antiguos casos de asesinatos locales que quedaron sin resolver.

Ellos son Ron, un exactivista socialista lleno de tatuajes y revolución; la dulce Joyce, una viuda que no es tan ingenua como aparenta; Ibrahim, un antiguo psiquiatra con una increíble capacidad de análisis, y la tremenda y enigmática Elizabeth, que, a sus 81 años, lidera el grupo de investigadores aficionados… o no tanto.

Cuando un promotor inmobiliario de la zona es hallado muerto con una misteriosa fotografía junto al cuerpo, El Club del Crimen de los Jueves se encuentra en medio de su primer caso real. Aunque sean octogenarios, los cuatro amigos guardan algunos trucos en la manga.

El club del crimen de los jueves

50 sombras de Luisi, de Ángel Sanchidrián

La lujuria de toda mujer se despertó con esa novela erótica que irrumpiera hace ya unos añitos. Me refiero a 50 sombras de Grey. Se podía escuchar a grupos de amigas ruborizadas y carcajeantes al compartir escenas del libro o de la peli que vino después.

Sin duda alguna, la narrativa erótica encontró un espacio inusitado en las estanterías de todas las bibliotecas y librerías del país, el despiporre sexuarrr había llegado a las letras, para que los cerebros lectores, en su mayor parte femeninos alcanzaran el éxtasis de la imaginación.

Seguramente Luisi descubrió ahí la pantera que habitaba en ella. Con el humor propio del cliché, que desfigura al personal para transformarlo en lo más cómicamente rancio del costumbrismo, encontramos a la mujer ama de casa que empieza a sentir hormonas desbocadas, sobre las que siente que puede dejarse llevar, como una Doña Quijota del erotismo. El bueno de Manolo será su juguete y su fetiche, su agraciado amante o el paciente de sus grotescas fantasías…

El resultado es hilarante y brillante en su composición llena de contrastes sobre ese etiquetado trasnochado que aún sobrevive en algunos espacios.  Una novela solo a la altura de un tipo tan imaginativo y satírico como Ángel Sanchidrián, del que ya reseñé su obra anterior Tres enanos y pico.

Lo más curioso de todo es que este lanzamiento en tono satírico coincidirá con la publicación de una nueva entrega de las 50 sombras de Grey: Más oscuro. A ver quién puede escapar a la confrontación de las dos novelas…

Resumen: La Luisi es esa ama de casa que todos conocemos. Ni gorda ni flaca, ni vieja ni joven, la típica madre, amiga o vecina que todos tenemos y que no se avergüenza de taparse la cabeza con una bolsa del Carrefour cuando llueve. Ni de seguir al dedillo las pautas del 50 sombras de Grey si eso puede darle algo de salsa a su vida sexual. Esta heroína castiza empezó sus andanzas con «50 sombras de Luisi», el relato de Ángel Sanchidrián que llegó a ser trending topic en Twitter con más de tres millones y medio de reacciones.

50 sombras de Luisi
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4 comentarios en «Pártete la caja. Los mejores libros de humor»

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