3 mejores libros de Elvira Lindo

En ocasiones lo bueno también se pega. Para Elvira Lindo compartir vida y escritorio con el descomunal Antonio Muñoz Molina pudo servir de acicate para desarrollar esa impronta narrativa. Y a fe que la acabó encontrando, hasta convertirse en una autora fundamental del género infantil y juvenil y manejarse con solvencia en otros tipos de géneros de adultos.

Entiéndase (en caso de mentes susceptibles) que la referencia al aprendizaje no es una consideración machista. Mi hipótesis solo se desprende de la objetividad de que Antonio Muñoz Molina empezó a publicar novelas mucho antes que Elvira Lindo.

Otra hipótesis posible sería que la madera de escritores compartida entre ambos terminara por facilitar un espacio de encuentro añadido al amor… ¿quién sabe?

La cuestión es que la carrera de Elvira Lindo siempre ha discurrido por un camino independiente y variado, consiguiendo auténticos éxitos de narrativa juvenil a la vez que se prodiga también con éxito en novelas intimistas o de humor. Una escritora todoterreno en la que siempre se puede encontrar un buen libro para regalar a todo tipo de lectores.

Top 3 novelas recomendadas de Elvira Lindo

En la boca del lobo

El lobo siempre acecha a caperucita como paradigma de la candidez de la infancia ante los riesgos del bosque. Por eso el bosque es el símil del descubrimiento. Sobre todo porque los mitos y las leyendas sobre los miedos que siempre quedan parten de ese imaginario ancestral de frondosos bosques con sus leyendas. Desde ahí cada uno acaba exportando sus miedos y escondiendo sus secretos entre estrechas veredas de los recuerdos.

Julieta y su madre llegan a La Sabina a pasar las vacaciones. A sus once años esa aldea perdida le parece a Julieta el mejor lugar para dejar atrás problemas a los que no sabe poner nombre. Ese verano eterno lleno de primeras veces, descubrirá que los cimientos del pueblo están hechos de secretos y recuerdos; los lindes del bosque, de cuentos y leyendas; y el corazón de las personas de miedo, odio, amor y esperanza, los cuatro sentimientos que nutren sus sueños y también sus peores pesadillas.

En la boca del lobo surge de la mirada de una autora que ha destinado gran parte de su obra a observar la infancia en toda su riqueza, singularidad y vulnerabilidad, y muestra que las historias que compartimos, y las que nos contamos, pueden romper la maldición de una herencia envenenada.

Elvira Lindo regresa a la pura ficción creando un territorio literario propio, la despoblada Sabina y sus bosques, un escenario en el que realidad y fábula se dan la mano, como en los cuentos clásicos. El lector que se adentre en él, se verá inmerso en una novela magnífica, de intensidad creciente, ante cuyo misterio solo podrá responder con asombro y emoción.

En la boca del lobo

Manolito gafotas

Ubiquemos la literatura infantil y juvenil en el sitio que se merece. Como acercamiento al mundo lector, nada mejor que libros absolutamente empáticos para los niños.

Aventuras, sentimientos y emociones propios de un mundo sorprendente, maravilloso y a su vez tan pegado a nuestra realidad de barrio que consigue cautivar a todo tipo de lectores.

Desde su salida allá por 1994 muchas nuevas aventuras nos han adentrado en el barrio de Carabanchel junto a Manolito y su inseparable Orejones López en esa lucha propia de toda aventura entre el bien y el mal más, solo que más a pie de calle que nunca.

La primera entrega resultó un bombazo, pero cualquiera de sus nuevas aventuras mantienen esa brillante prosa absolutamente próxima al mundo infantil, con un punto socarrón y una reivindicación constante de la infancia en la calle.

Manolito gafotas

Una palabra tuya

A mi entender, escribir novelas infantiles o juveniles es lo más dificil para un adulto. Así que cuando descubres a la Elvira Lindo desenvolviéndose en un realismo crudo, emotivo y abrumadoramente humano no te queda otra que asumir la evidencia en el mérito de una escritora que es capaz de moverse en dos terrenos tan diferentes con idéntica solvencia.

En este libro se juntan dos historias, dos vidas, las de Rosario y Milagros. Ambas son barrenderas y en sus quehaceres urbanos comparten sus sueños y pesadillas, sus frustraciones y sus anhelos. Entre las dos se dibuja un escenario de máxima emotividad conforme van desnudando sus almas en una realidad alienante en la que sin embargo su humanidad lo desborda todo.

Solo hay un problema, la sintonía de las dos almas anuncia una ruptura cuando una de las mujeres decide asumir nuevos retos vitales, favorecida por un golpe de optimismo…

Una palabra tuya

Lo que me queda por vivir

Si hay un aspecto que descolla en la narrativa de Elvira Lindo ese es el vitalismo. Los personajes de Elvira Lindo, empezando por Manolito Gafotas y acabando por cualquier otro de sus dispares novelas, desprenden ese aroma vital, esa sensación de pisar el suelo presente con la intensidad del que no quiere que se le escape, pese a que ya intuye que el futuro acabaró borrándolo todo con su lluvia de tiempo.

El Madrid de los ochenta que bien conoció Elvira Lindo pasa a ser el escenario de esta novela. Las circunstancias de Antonia, a sus veintipocos, nada tiene que ver con la famosa movida madrileña. Lo que le toca a ella es cuidar a su hijo en soledad, con los arrestos de una inercia que precisan de fuerza para no ceder a la desesperación.

El relato de Antonia es una composición completamente disonante para el escenario en el que se encuentra desubicada. La ciudad se mueve a otro ritmo, las oportunidades no terminan de llegar y la flaqueza asoma a cada segundo.

Luego está él, su criatura tan ajena a toda, capaz de rescatarla en los momentos en los que la tristeza infinita se asoma una vez más a su existencia.

Lo que me queda por vivir
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