Descubre los 3 mejores libros de Antonio Tabucchi

El caso de Antonio Tabucchi es el de un biógrafo fascinado por su personaje y que acaba descubriendo, en la búsqueda de las interioridades del ídolo, un fértil campo para la creación propia.

Claro está que quien a buen árbol se arrima… Porque esa infatigable devoción por Fernando Pessoa acabaría despertando en él algunas de las mejores conexiones creativas, a la manera de un gran profesor y un alumno aventajado que siempre acaban sintonizando.

Solo que la coincidencia de Tabucchi y Pessoa se llevó a cabo dentro del espacio imaginario de tantos libros y tantas interpretaciones sobre el genio portugués.

Como siempre me ocurre, el caso de los escritores capaces de compendiar lírica y prosa se presenta ante mí como un ámbito limitado en el que solo alcanzo a valorar lo meramente narrativo y dejo para otros la incursión en el brillante mundo de las imágenes y los símbolos con ritmo, cadencia y musicalidad.

La cuestión es que Tabucchi escribió buenas novelas y sobre ello me centraré en esta entrada…

Top 3 libros recomendados de Antonio Tabucchi

Sostiene Pereira

El manifiesto espíritu portugués de este autor italiano parece evocar algún tipo de reencarnación que condujera a Pessoa hasta la mediterránea Pisa. Pero al final cada corazón y cada alma tiende a sus orígenes.

Esta gran novela descubre al Tabucchi más auténticamente portugués a través de una historia ubicada en ese conflicto interminable de la vieja Europa que se inició con la Primera Guerra Mundial allá por 1914 y que coleó hasta la guerra de los Balcanes en 1991. Ya sé que he amontonado años y décadas bajo la sombra de la guerra.

Pero si lo piensa fríamente el siglo XX fue eso en Europa. Y así es como encontramos a Pereira, representante de un periodismo que contaba las intrahistorias olvidadas entre los grandes conflictos, las vivencias de ese pueblo siempre usado para soliviantar y revolucionar, para desangrarse y acabar perdiendo.

Pereira vive en la Lisboa de 1938 con ya bastantes años de dictadura detrás y muchos más por delante. Pereira tiene esa noción melancólica del mundo, esencia del alma portuguesa que canta fados al Atlántico y que reniega de su propio futuro porque sabe que aún le queda mucho por sufrir como en una profecía finalmente autocumplida hasta la salida de la dictura en el 74.

Pereira está hecho de toda esa esencia fatalista y lo acompaña en su transitar nostálgico Monteiro Rossi componiendo un equipo periodístico que acaba entrelazando sus vidas y la existencia de todo un país.

Sostiene Pereira

Réquiem. Una alucinación

La verdad es que teniendo tan cerca un lugar como Portugal, nunca llegamos a conocer suficientemente toda la riqueza que albergan sus gentes y lugares.

En un paseo por Lisboa, entre sus calles empinadas y con una llovizna cayendo sobre nosotros, un portugués de solera me contestó magistralmente a una pregunta que ya no recuerdo del todo acerca de las diferencias entre españoles y portugueses. Simplemente me dijo: Es que…, ser portugués es difícil.

Nunca supe si se refería a una dificultad por su dureza o por su sofisticada idiosincrasia. La cuestión es que esta novela te ubica en una Lisboa tan extraña como la frase de mi amigo portugués.

La ficción propuesta es alienante y a la vez se siente como muy de ahí, muy extrañada, como de un atardecer en solitario viendo el Atlántico desde una Plaza del Comercio desde la que ya no sale ningún barco hacia nuevos mundos.

Lisboa es esa sensación mágica de soledad entre la gente. Y este diario termina por convencerte de la magia que baña Lisboa, de los intensos sentimientos de añoranza y de encuentros imposibles…

Réquiem: Una alucinación

La cabeza perdida de Damasceno Monteiro

Cuando empecé este libro, lo de la decapitación como un caso irresoluto que fundamentaba la novela me recordó a un viejo caso de mi pueblo. Así que algunas de las escenas y la noción de una justicia pospuesta por mil y un motivos se me hacían más próximas.

La idea primera del periodista Firmino no es otra que la de recuperar un siniestro caso de su propia ciudad con el que captar a esos lectores morbosos que podemos ser todos. Pese a su corta edad, Firmino todavía tiene un ligero recuerdo de lo que pasó con aquel finado cuya cabeza jamás apareció. Solo que ahora solo busca un buen reportaje con el que ir medrando en su periódico.

Tal como en otras obras de Tabucchi descubrimos la Lisboa más intensa en sus interioridades, en esta ocasión Oporto adquiere ese protagonismo entre sus silencios, sus mentideros, su condescendencia con el poder y hasta su justificación de la violencia.

Pero siempre hay quien busca la verdad frente a todo. Tan solo hace falta despertar de la inconsciencia general para descubrir lo que ciertamente siempre merece la pena: la dignidad.

Firmino es la juventud y el abogado Loton es la veteranía todavía rabiosa y necesitada de meterle mano a la vida para meterle un sonoro sopapo de verdad y justicia.

La cabeza perdida de Damasceno Monteiro
C LIBRO
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