Descubre los 3 mejores libros de Antonio Orejudo

La obra de Antonio Orejudo es, en muchos momentos, uno de esos conjuntos generacionales que acaba por transformarse en un necesario revisionismo crítico de la última parte del siglo XX. Una literatura con poso de sinceridad descarnada a través de las propias incursiones del autor en sus ficciones planteadas (cual Enrique Vila-Matas), en ese fascinante juego entre realidad y ficción que describe en el caso de Antonio Orejudo, de la forma más comprometida, lo que supone entregarse al oficio de escritor.

Una mezcla siempre sugerente que no termina con esas frecuentes incursiones del autor en su propia escenografía. Orejudo también aborda ficciones históricas ubicadas en diferentes épocas.

Aunque a la postre la intención sobrepasa el escenario para encontrarnos con ese argumento controvertido sobre el que explorar líneas argumentales novedosas, transgresoras, cómicas, surrealistas…

Todo un alarde de creatividad bajo un dominio abrumador del lenguaje en cualquiera de sus vertientes, desde lo meramente descriptivo hasta la trascendencia de los diálogos o la irrupción de una acción que acaba por plantear los giros más inesperados en un entorno cambiante al ritmo de una batuta de fascinante tempo narrativo.

Top 3 libros recomendados de Antonio Orejudo

Los cinco y yo

El protagonista de esta novela, Toni, fue un lector voraz de aquellas series de libros de “Los cinco“. Entre la inocencia y la revolución que era (y sigue siendo) leer en aquellos años de salida de la infancia, la lectura de cualquier libro se convierte siempre en una marca, una señal de marcapáginas hecha en nuestras propias vidas.

Cuando recuperas un libro de los cinco parece como si el marcapáginas de tu vida siguiera ahí, en el tacto de sus portadas colmadas de acción y aventuras.

Como el propio autor indica, una lectura juvenil se redescubre bajo un prisma bien distinto en la madurez, quedando al descubierto matices no detectados en su momento, aspectos no siempre afortunados. Pero lo importante es ese enlace con otro tiempo, el que a su vez enlaza con otro prisma de la vida.

En un personaje ya crecido, que revisita esos momentos de la adolescencia con la exactitud propia de un autor que ha atravesado el esplendor de los libros de “Los cinco”, se adivina ese punto autobiográfico, un ansia propia por recuperar tantas y tantas sensaciones.

En primer lugar, Toni querría recuperar la inspiración. Y con ella la motivación para escribir sus novelas pendientes y para enseñar a sus alumnos, convencido en todo momento de lo que transmite.

El problema para Toni es que todas esas lecturas de Los cinco acompasaron unos tiempos de transición española que prometían brindarle a él y a sus compañeros de generación oportunidades que o bien no llegaron o bien lo hicieron tarde, cuando casi todo estaba perdido.

No se trata de nostalgia ni de melancolía, se trata de que, tal vez lo que querían llegar a ser toda aquella generación lectora de Los cinco, realmente era no ser mayores. De ahí que Toni vuelva a buscar su sitio en la ficción, a pesar de que su realidad pueda quedar hecha unos zorros.

Los Cinco y yo

Ventajas de viajar en tren

La más surrealista de las historias de Orejudo y, no obstante, la que más desnuda a sus personajes hacia una deriva filosófica y psicológica desde esa transgresión que salpica, incómoda y que finalmente enfrenta a miserias propias de la condición humana.

Todo desde un simple asiento de tren compartido con el personaje más oportuno (o inoportuno), para las circunstancias de una protagonista arrebatadora como Helga Pato que atiende, entre estupefacta y fascinada, el relato de un psiquiatra que se ofrece a exponerle su documentación sobre la locura desde el prisma de muchos de sus pacientes y el uso que hacen estos del lenguaje para contar historias.

Como diría aquel, el papel lo aguanta todo. Y cada una de las psicopatías de los pacientes de Ángel Sanagustín sirven a una causa narrativa tan lúcida como aterradora sobre cuánto de cerca está la razón con la obsesión y hasta con la paranoia que acaban materializándose en tantas enfermedades mentales hechas literatura desmenuzada del mundo narrado por esos locos pacientes de Sanagustín.

Una lectura tan perturbadora como acertadamente narrada con un dominio de las delirantes exposiciones que hace correr la trama con un sugerente gancho irrenunciable una vez iniciada la lectura.

Ventajas de viajar en tren

Fabulosas narraciones por historias

En ocasiones parece, como si lo contado por este autor se tratara de una crónica paralela, una intención de replantear lo aceptado histórica o académicamente en torno a mil y un aspectos de nuestro sustento cultural. Y en esta ocasión le toca a la literatura.

Quizás esta interpretación sea cosa mía, pero me gusta mucho esa idea de reescribirlo todo o de plantear alternativas sobre cómo pudieron ser realmente las cosas.

Esta novela sobre tres amigos en un Madrid castizo de inicios del siglo XX que la historia nos cuenta como cuna de la generación del 27 y que esta novela nos destripa de una forma mucho más intensa. Santos, Patricio y Martiniano, entre bohemios, literarios y golfos, son tres chicos de inquietudes bien distintas que se ocupan de sobrevivir y fantasear sobre glorias literarias de mayor o menor enjundia. Su estrambótico, esperpéntico y quijotesco devenir apunta a los cimientos de lo que después la Historia trató como le vino en gana.

Fabulosas narraciones por historias
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