Los 3 mejores libros de Amor Towles

De ser ciertamente Amor el nombre real de Towles, sin duda los padres de este sorprendente escritor se encontraban en la cresta de la ola cuando eligieron llamarlo así. Pero finalmente los nombres peculiares siempre vienen bien cuando alguien quiere significarse en algo como la escritura. Una vez conocido el escritor Amor Towles, dificilmente te olvidas ya de él.

Más aún lo recordamos, bromas aparte, porque Towles es ya uno de esos superventas desde el hecho singular, desde la diferenciación y la desubicación que tan pronto lo posiciona en la ficción histórica como que se aproxima a un espacio entre lo intimista y lo existencial gracias a la arrebatadora fuerza de sus personajes y sus mundos interiores.

La cuestión es el equilibrio, el gusto o la habilidad por compendiar escenografía y vida interior de los personajes. Hay quien le cuesta horrores conseguirlo y se acaba venciendo, por poner un ejemplo, hacia una novela histórica de simple divulgación. O quien no se documenta debidamente en el mismo caso y termina por escribir una trama que no encaja de ninguna manera en su supuesta línea espacio-temporal.

Amor Towles consigue transmitir con su fluidez, su ritmo y un detallismo preciosista (casi siempre rescatando lo más decadente de cada momento), ese humanismo que apunta alto pero que también llega a la empatia esencial del lector que busca vivir en otra piel.

Top novelas recomendas de Amor Towles

Un caballero en Moscú

Towles también fué victima de esa visión adoctrinante y ochentera de un mundo asomado a la perversidad de una guerra fría comandada desde el gélido Moscú. Seguramente esta historia que ha apasionado a lectores de todo el mundo sea ese desquite de idelogías transmitidas por tierra, mar y aire, desde los telediarios hasta el imaginario insertado a través de la ficción.

Escrita con suma elegancia y cálido sentido del humor, esta novela excepcional nos habla de nuestra inagotable capacidad para hacer frente a los infortunios de la existencia.

Condenado a muerte por los bolcheviques en 1922, el conde Aleksandr Ilich Rostov elude su trágico final por un inusitado giro del destino. Gracias a un poema subversivo escrito diez años antes, el comité revolucionario conmuta la pena máxima por un arresto domiciliario inaudito: el aristócrata deberá pasar el resto de sus días en el hotel Metropol, microcosmos de la sociedad rusa y conspicuo exponente del lujo y la decadencia que el nuevo régimen se ha propuesto erradicar.

En esta curiosa historia se basa la segunda novela de Amor Towles, que después de recibir innumerables elogios por Normas de cortesía, su ópera prima, se consolida como uno de los escritores norteamericanos más interesantes del momento.

Erudito, refinado y caballeroso, Rostov es un cliente asiduo del legendario Metropol, situado a poca distancia del Kremlin y el Bolshói. Sin profesión conocida pese a estar ya en la treintena, se ha dedicado con auténtica pasión a los placeres de la lectura y de la buena mesa.

Ahora, en esta nueva y forzada tesitura, irá construyendo una apariencia de normalidad a través de los lazos afectivos con algunos de los variopintos personajes del hotel, lo que le permitirá descubrir los jugosos secretos que guardan sus aposentos. Así, a lo largo de más de tres décadas, el conde verá pasar la vida confinado tras los inmensos ventanales del Metropol mientras en el exterior se desarrolla uno de los períodos más turbulentos del país.

La autopista Lincoln

Ya que va el asunto de viajes iniciáticos, nada mejor que plantearse un viaje por la primera carretera en cruzar de costa a costa los Estados Unidos. Porque la ruta 66, la carretera madre de Estados Unidos llegó después y hoy queda relagada a expediciones de turistas, iluminados en busca de experiencias y demás ralea de viajeros extraños. La autopista Lincoln es otra cosa, menos popular pero más auténtica toda vez que el protagonismo se lo lleva la 66.

Así que podemos esperar autenticidad, búsqueda más completa del viaje como fundamento vital. Y así ocurre en esta trama. Una historia colosal sobre el viaje iniciático de cuatro jóvenes por el corazón de Estados Unidos durante la década de los años cincuenta.

Contada desde múltiples puntos de vista y poblada por un variado elenco de personajes magnéticos, desde vagabundos que malviven entre raíles hasta aristócratas del Upper East Side, La autopista Lincoln es una novela arrolladora de encuentros y desencuentros, un azaroso tránsito de la juventud a la edad adulta.

La autopista Lincoln

Normas de cortesía

Las puertas del cielo se abren repentinamente para escritores llegados de la nada, desde esa especie de lumpen habitado por frustrados del oficio de escribir. Con esta historia Amor Towles atronó a las puertas del cielo hasta echarlas abajo. Era esa insólita capacidad de revivirlo todo, de reactivar mecanismos y resortes de momentos de nuestra historia suspendidos en el tiempo en espera del toque de magia para recuperar la vida en todo su esplendor y todos sus contrastes.

Un vibrante homenaje a la Nueva York de los años treinta. Con diálogos afilados como puñales y un ritmo efervescente, Normas de cortesía relata el aprendizaje de una joven ambiciosa que lucha por sobrevivir en la ciudad de las mil caras, una selva donde las mejores oportunidades conviven con infinitas tentaciones y peligros.

En la Nochevieja de 1937, Katey Kontent, mecanógrafa en un bufete de abogados de Wall Street, y Eve Ross, su compañera de pensión, salen dispuestas a exprimir a fondo la libertad que promete Nueva York. Se dirigen a The Hotspot, un bar de tercera fila donde se toman el jazz lo bastante en serio como para que nadie moleste a dos chicas de buen ver, y donde la ginebra es suficientemente barata como para beber un dry martini cada hora.

Cuando los tres dólares que llevaban se agotan, aparece en escena Theodore Tinker Gray, un joven cachorro de la aristocracia de Nueva Inglaterra, luciendo una sonrisa arrebatadora y un abrigo que Katey y Eve no podrían pagar con sus sueldos de un año. Juntos acabarán celebrando la llegada del año nuevo en Times Square, en una noche que marcará el principio de una amistad que transformará sus vidas.

Este encuentro fortuito supondrá para Katey el acceso a círculos selectos de la sociedad neoyorquina, en los que, gracias a su agudeza, sus nervios de acero y su intelecto, logrará que se le abran muchas puertas. No obstante, inmersa en un universo resplandeciente, un mundo frívolo y disoluto habitado por personajes de dudosa procedencia, Katey tendrá que descubrir las reglas del juego para adaptarse a los desafíos de la gran ciudad.

Normas de cortesía
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