Los 3 mejores libros de Pedro Zarraluki

Hay algo de rabiosa sinceridad en los escritores que no mantienen esa cadencia regular que toda pauta superventas recomienda. Porque en ocasiones se tienen cosas que contar y en otras ocasiones simplemente no. Zarraluki es uno de esos narradores guadianescos. Un autor que emerge cuando menos se los espera para rescatar buenas historias de la actualidad de turno o de otras épocas. Porque claro, el reposo asegura hondura o al menos mayor carga de esencias desde niveles freáticos insospechados, allí donde transcurre en cauce el alma humana.

La cuestión en el caso de este autor barcelonés es observar su devenir literario con ese gusto por el descubrimiento. Porque cuando uno escribe si tiene algo que contar, sus libros acaban por componer sinfonías independientes. Y solo la impronta creativa de su autor consigue sostener la reverberación final desde tantos focos.

Historias de aquí y de allá, con evocaciones al autor joven que descubre la literatura como experimento y expiación. O como ese otro escritor que ya ha asumido la relación de amor odio con una literatura que no exorciza ni tan siquiera es placebo, pero que despierta ese chispazo necesario de la vida urgente. Por eso autores como él debe ser que escriben cuando quieren y sobre lo que quieren. No les queda otra a los escritores como a los superhéroes entregados a su misión con sus sempiternos conflictos…

Top 3 novelas recomendadas de Pedro Zarraluki

La curva del olvido

Los planes perfectos se mueven como esas tormentas perfectas escondidas tras apacibles calmas chichas. Porque una cosa es como se planean unos días de asueto en brindis para la amistad y otra bien distinta lo que acaba por entender ese albur que es el destino para desbaratarlo todo.

En el mes de julio de 1968, Vicente Alós y Andrés Martel, dos amigos que superan de largo la cincuentena, llegan a Ibiza en barco desde Barcelona. Ambos están en un momento difícil de sus vidas: Vicente se ha separado de su mujer y Andrés acaba de quedarse viudo. Los acompañan sus hijas, Sara y Candela, que a pesar de haberse criado juntas son muy diferentes entre sí. Al llegar a la isla se instalan en un hostal solitario situado en una apartada cala, y así comienza un largo y en apariencia apacible verano.

Pero una absurda tragedia, viejos rencores y desencuentros nunca resueltos viajan también con Vicente y Andrés. Mientras ellos reviven poco a poco ese pasado, las jóvenes deberán afrontar las inquietudes de un futuro que, bajo los ecos de un mundo convulso, se presenta ante ellas como un abismo insondable. La curva del olvido profundiza en los problemas, las angustias y las esperanzas de dos generaciones que en un momento distinto pero crucial de sus vidas se enfrentan a las trampas y los antojos del devenir del tiempo.

Un encargo difícil

En la inmediata posguerra española, cuando todo lo que conforma la sociedad se desmorona y desaparece, cuando se han perdido todos los referentes, sólo la serenidad y la entrega de algunas personas consiguen que la vida siga su curso. En Un encargo difícil, la esposa de un enemigo del alzamiento y su hija son represaliadas y enviadas a un destierro forzoso a la isla de Cabrera donde unas menudas casuchas, una cantina, algún pescador, un destacamento militar –alertado por el posible ataque del ejército inglés- y un ermitaño alemán forman el sucinto paisaje de posibles compañías.

Entre tanto, en Mallorca, un hombre se encarga de los trabajos más desagradables a cambio de que las autoridades le perdonen un turbio pasado; en esta ocasión hay que acabar con la vida de un espía alemán que ha traicionado al Tercer Reich y que se esconde en Cabrera.

Te espero dentro

En los relatos breves se descubren los motivos para la escritura de cada autor. Porque en los personajes de existencias menudas enfrentadas a escenarios fugaces, se escapan esos matices de lo que cada narrador busca en su literatura. Escribir es otra forma de esa ansiada búsqueda que fundamenta lo racional y lo humano. En estos relatos asumimos las pocas respuestas que quedan…

Los personajes de estas historias no saben que se les observa. Una niña enseña a su padre a hacerse el dormido para escapar de las situaciones sin salida; una anciana que ve por primera vez la televisión descubre con El Padrino la relación entre el tiempo y los saltamontes; la conversación entre dos hermanos se convierte en una rebelión contra la vida que les dio su padre; Sonia engulle botes de leche condensada como alivio ante un presente que la desborda…

Y es entonces cuando llega el instante en que algo de vital importancia va a cambiar para ellos, sin que aún sean conscientes de lo que sucede. Cualquiera de nosotros, de haber sido observado en un momento de frágil intensidad, podría habitar este libro. Con su característico humor y su finísima elegancia, y también con una inagotable ternura, Pedro Zarraluki revela la inesperada capacidad de unas vidas que parecen haber tocado fondo para resurgir con imaginación y recuperar su dignidad.

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