Las casas se empiezan por los cimientos y en el oficio de escribir se empieza por el relato. Hoy en dÃa hay escuelas para todo. SÃ, también para ser escritor. La cosa es que uno no decide ser escritor y formarse para ello. Uno empieza a escribir porque sà y acaba dándose cuenta de que es escritor desde el primer relato.
En Juan Jacinto Muñoz Rengel se perfila ese paradigma del narrador autodidacta como el único posible. El artificio de la formación en la creatividad es un oxÃmoron como un piano de cuerdas. O por lo menos como punto de partida. Porque el escritor primero nace y luego ya sà se puede hacer, moldear, formar…
El género fantástico suele ser un fértil espacio de aterrizaje para escritores jóvenes que empiezan, repito, porque sÃ, a contar historias. Y en mis tiempos, como en los de este autor, la fantasÃa aún se basaba en pequeños grandes libros frente a las omnipresentes pantallas de hoy con sus tentadores juegos copando el ocio por excelencia. Cuántos escritores en potencia morirán hoy frente a brillantes pantallas…
La cuestión es que después de lo fantástico como enfoque en el que plasmar incluso ese toque entre filosófico y existencial de todo joven con inquietudes, acaban llegando otros intereses que cabalgan entre géneros con una fluidez admirable. Porque Juan Jacinto Muñoz Rengel es escritor por don. Asà es como se puede abordar una novela negra para saltar después al ensayo o la ficción histórica, por ejemplo. Mucho donde elegir…
Top 3 mejores novelas de Juan Jacinto Muñoz Rengel
El asesino hipocondrÃaco
Pensar es tan necesario como nocivo. Porque puestos a darle al tarro podemos llegar a la inquietante duda sobre cómo pende nuestro corazón en el pecho, por citar algo ciertamente hipocondrÃaco. Y claro, hasta un criminal puede tener sus zozobras entre asesinato y asesinato. Porque si la vida de los demás pende de un hilo frente a él. ¿Qué puede acabar pasando consigo mismo?
El señor Y. debe cumplir su último encargo como asesino profesional, pero para conseguirlo tendrá que superar un grave obstáculo: no le queda más que un dÃa de vida. En realidad, el enigmático asesino a sueldo que responde a las iniciales M.Y. lleva años muriéndose, desde el mismo momento en que vino a este mundo. Le persiguen tantas enfermedades que cualquiera podrÃa considerarlo un milagro médico. Ahora, por encargo de un cliente misterioso que se mantiene en la sombra, debe matar al escurridizo Eduardo Blaisten antes de que le asalte una apoplejÃa terminal o una úlcera gangrenosa o un empeoramiento de su SÃndrome del Espasmo Profesional.
Su incomprensible mala suerte irá frustrando uno tras otro, todos sus intentos de homicidio, y estableciendo una mágica conexión entre sus propias penalidades y los grandes males fÃsicos, psicológicos e imaginarios que torturaron a Poe, Proust, Voltaire, Tolstói, Molière, Kant y al resto de los hipocondrÃacos ilustres de la historia de la literatura y el pensamiento.
La capacidad de amar del señor Königsberg
¿SerÃa posible imaginar una conjunción de circunstancias que ocasionasen la supervivencia del individuo en apariencia menos apto? ¿Por qué la naturaleza necesita no solo a los especÃmenes más audaces, sino también a los cobardes o egoÃstas o tÃmidos o débiles?
El señor Königsberg tiene un carácter difÃcil: es arisco, hermético, solitario, no piensa como los demás ni falta que le hace, sus dÃas están marcados por unas rutinas férreas, no suele caer bien ni tampoco es el hombre más atractivo del mundo. Pero tiene determinación. Y, cuando algo se le mete entre ceja y ceja, tras sus grandes gafas de cristales cuadrados, sabe amar como nadie.
Cuando todo cambie y se hunda a su alrededor, él permanecerá impasible. Donde otros sucumban, él superará las vicisitudes sin grandes esfuerzos. Cuando el planeta entero se transforme, no una sino varias veces, ni los giros más disparatados alterarán un ápice la inmutabilidad del señor Königsberg.
Y es que ni siquiera los cambios de género del nuevo libro de Juan Jacinto Muñoz Rengel, que mutará de la
novela-Bartleby a la fantasÃa, a la ciencia ficción, a lo pulp, la literatura postapocalÃptica o la utopÃa feminista, serán capaces de alterarlo. Ninguno de esos cataclismos. Porque no es posible encontrar un protagonista más a prueba de bombas.
Una historia de la mentira
Los viejos mitos de nuestra civilización, los atávicos miedos de nuestra condición humana. Todo se sustenta en la ficción o al menos en la noción más imaginativa del mundo. Por desconocimiento de lo ignoto en las primeras eras y por vicio en ocasiones en la actualidad, la mentira lo explica todo por qué está al fondo de toda verdad que se tambalea.
«Una historia de la mentira» es, contra todo pronóstico, una arriesgada apuesta por desvelar la verdad de la mentira, por seguir incansablemente sus huellas hasta el último recoveco en que se esconde o se muestra: pues en ocasiones la mentira es huidiza y oscura, pero en muchas otras se expone ante nosotros estruendosa y deslumbrante.
Juan Jacinto Muñoz Rengel rastrea, a lo largo de estas páginas, su presencia desde su primera aparición en la historia -que quizá sea, precisamente, la aparición de la historia misma- hasta su hegemónica posición en nuestras sociedades contemporáneas para encontrar su auténtico significado, sus usos y abusos, su inextricable relación con la naturaleza humana. Si es que ésta no es, ella misma, otra mentira.