Los 3 mejores libros de Christopher Isherwood

La vertiente novelística de Christopher Isherwood conforma una bibliografía redonda de diez obras. Y en torno a ella se ha ido acrecentando esa suerte de mito del escritor reconocido mas a posteriori. No se trata de un vanguardista de su tiempo sino de ese caprichoso proceso de maduración de las obras que encuentran mejor acomodo cuando menos se le espera.

Tendría que ver ese peso de lo biográfico, del descubrimiento del autor con un bagaje para la narrativa sustentado en su condición de viajero, de constante cambio, de búsqueda al fin y al cabo que se traslada a una obra tan cristalina en su forma como trascendente en el alcance de las vivencias de sus personajes y en los planteamientos de sus tramas. Historias como reflejos de vidas completas.

Relatos del efímero vivir, de la esencial condición pasajera de todo, del aferrarse a aromas o recuerdos como condena a la que solo se pueden reponer sus personajes lanzándose de nuevo al inescrutable porvenir de la vida. Existencialismo pues de supervivencia. Una especie de Milan Kundera que no profundiza en las respuestas sino que sólo sondea profundidades del alma para ir cerrando heridas, sin más y sin menos.

Top 3 novelas recomendadas de Christopher Isherwood

Un hombre soltero

Hay cosas que no se eligen en la vida. De hecho lo trascendente nunca es una disyuntiva desde la que cada cual marque su camino. Un fastidio en toda regla que nos hace creer en eso del destino al cual entregamos la definición de los capítulos de nuestra existencia.

George Falconer, un profesor inglés de media­na edad, lucha por sobreponerse a la repentina muerte de su pareja, Jim, en un accidente de coche. Corre el año 1962, y pese a la vida privi­legiada que lleva en Los Ángeles, su rutina se ha convertido en un doloroso recordatorio de lo único que le permitía soportar el opresivo sueño americano: la intimidad amorosa en la que podía comportarse espontáneamente y liberar­ se de los disfraces que le impone la sociedad.

Pero además, la pérdida confronta abrupta­mente a George con su edad, con el paso del tiempo, con su pasado y, en última instancia, con el horizonte de su propia muerte. Un hombre soltero es una de las novelas más aclama­ das de Isherwood, que la consideraba su obra maestra, una elaboración original y extraordi­naria del drama de la existencia en el mundo contemporáneo.

Un hombre soltero

Adiós a Berlín

Una idea sobre aquello de que hay que saber despedirse de aquellos lugares donde uno fue feliz. Y paradójicamente puede que haya que ser lo suficientemente valiente para regresar a aquellos paisajes oscuros de la culpa y la pena. Porque cualquier espacio pasado donde la infelicidad nos asfixia acaba marcando el presente como un atávico miedo, una suerte de agorafobia porque aquel lugar se mueva a nuestro encuentro. Berlín lo tuvo todo para el protagonista de esta historia. Y el asunto es todavía más complejo cuando el amor y la pena se concentran en un mismo lugar.

Christopher, un joven británico, alquila una habitación en la capital alemana e imparte clases de inglés para ganarse la vida. Este trabajo y su curiosidad de escritor en ciernes le llevarán a conocer a personajes de todo tipo y condición, como la rica heredera judía Natalia Landauer, la familia obrera de los Nowak, Otto y Peter, dos jóvenes homosexuales, o Sally Bowles, una jovencita inglesa de clase alta, seductora y extraviada—que inspiró el personaje de Liza Minelli en la célebre película Cabaret—. Adiós a Berlín es una crónica reveladora y emotiva del Berlín de la República de Weimar, decadente y atractivo, sobre el que se cierne la creciente brutalidad del nazismo.

Adiós a Berlín

La violeta del Prater

Salpicada de retazos autobiográficos, esta novela nos adentra en un movimiento cultural asomado al ensombrecimiento inminente del mundo asomado al nazismo. En 1933, mientras en Alemania triunfa el nacionalsocialismo, Inglaterra vive confiada los ecos de los felices años veinte haciendo caso omiso de los aires que soplan desde el continente.

En Londres, los estudios cinematográficos Imperial Bulldog encargan al joven escritor Christopher Isherwood el guión de una película, La violeta del Prater, a cuyo frente estará el conocido director de cine de origen austriaco Friedrich Bergmann. La relación que se establece entre director y guionista y las incidencias que rodean el rodaje del filme van trazando un cuadro sintético, irónico y lleno de fuerza, de la Europa desgarrada del momento.

La angustia de Bergmann, judío que se ha visto obligado a abandonar Alemania y que ha tenido que dejar a su familia en una Austria ya amenazada, contrasta con la frivolidad de la película que tiene que rodar y de la industria cinematográfica de la época y con la indiferencia de una parte de Europa ante el desastre que se avecina. La contraposición de estos dos puntos de vista permiten también un serio análisis de la relación entre el arte y la vida y del papel de los creadores en las sociedades convulsas.

La violeta del Prater
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