Los 3 mejores libros de André Gide

En fondo y forma, André Gide llevó la contradicción a una existencia literaria plena, asumiendo las estridencias de las ideologías y los principios firmes a la mutación más honda. La paradoja y la ambigüedad son el sino de obra y de personaje. Y así acaba por abrirse paso firme entre moralismos y moralejas para manifestar simplemente la razón en el cambio.

Gide se movía literariamente en ese mismo camino. No hay nada de malo en mutar, en cambiar de piel, cual serpiente, puesto que los personajes incluso son más humanos y más ciertos cuando toman esos virajes sustentados en las fuerzas que conducen a los cambios de dentro hacia afuera. Porque lo contrario es, precisamente, un camino directo a la perdición de la dictadura o el inmovilismo.

Entre lo ensayístico y una novelística pincelada desde la brillantez de la forma y la querencia por las referencias autobiográficas, la bibliografía de André Gide toma con la certera voz de la primera persona esa sensación de sabiduría del descubrimiento, de apertura de mente y de convencimiento de ida y vuelta en lo que se cree y lo que se descubre finalmente. Y es que no es lo mismo el nihilismo que la brillante forma de abrazarse a la contradicción de Gide.

Top 3 libros recomendados de André Gide

Diario 1887-1910

En los sueños megalómanos de toda personalidad, su diario intenta ser el testimonio de su gran verdad, de su voluntad de trascendencia o hasta una expiación de pecados. Nada que ver con lo que llega a ser esta obra erigida desde el compromiso con la vida como constructo narrativo desmenuzado a tumba abierta desde las emociones, las ideas, la razón y las pasiones que mueven todo.

Se ha dicho que el Diario de André Gide llevó el género de la literatura íntima a su máxima expresión, y no cabe duda de que esta crónica pormenorizada de sus días nos abre la puerta a la vida pública y privada de una figura central de la cultura francesa y europea del siglo XX.

En sus páginas aparecen las numerosas y a menudo contradictoras facetas del autor: su educación protestante, su acercamiento al catolicismo, su rechazo posterior de ambos, su matrimonio sin consumar con su prima Madelaine, la reivindicación de homosexualidad y sus opiniones políticas, incluida su crítica al estalinismo y su oposición a la intervención colonial francesa en África. Esta primera entrega, que comienza por las entradas escritas a los dieciocho años de edad, es también un documento de la educación sentimental e intelectual de Gide, en el que el escritor en ciernes va dejando constancia de sus afinidades y afiliaciones artísticas hasta escribir sus primeros libros importantes.

Diario, André Gide

La puerta estrecha

La moral. La mayor fuente de todas las contradicciones. Donde toman acomodo los equilibrios imposibles entre lo que se quiere creer conforme a las pautas de la generalidad social y lo que se siente sin más. Los dictados nunca tienen cabida en el alma humana. Y así cada puerta estrecha acaba siendo asaltada y astillada, despertando viejos dolores y culpas mientras se ocupan nuevos espacios requeridos desde las pulsiones más íntimas.

Narrada en forma de confesión íntima, este libro bellísimo denuncia los extravíos de una moral austera y puritana, capaz de negar las leyes de la naturaleza y de la vida. Jérôme Palissier es un delicado joven parisino que pasa los veranos en la casa de campo de su tío, en Normandía. Durante uno de esos veranos él y su prima Alissa se enamoran profundamente. Sin embargo, ella se convence poco a poco de que la apasionada alma de su amado corre peligro; para salvarlo, decide recorrer el camino de la renuncia y el ascetismo espiritual.

La puerta estrecha

El inmoralista

Todo lo que sea introducirse en esa visión iconoclasta de lo que se asume como bueno o malo, si nos ceñimos estrictamente a la esfera más privada, acaba siendo en manos de Gide un barco en plena zozobra para el lector mimetizado en personajes cargados de dilemas cotidianos.

Michel es una persona convencional, un intelectual profundamente imbuido de la fe hugonota, casado con su prima Marceline, a la que ama sin pasión. Todo parece ir bien cuando una enfermedad le pone al borde de la muerte, de la que le salvan tanto los cuidados de Marceline como su férrea voluntad de vivir.

Mientras convalece, se transforma su actitud ante la vida: se convierte en un apasionado de la salud corporal, que él identifica con la energía, la sensualidad que percibe en los jóvenes de Biskra, la luminosa ciudad de Argelia adonde ha ido a reponerse. Los grandes valores morales se disuelven en el mar de sus instintos, que ha convertido en la piedra de toque de su libertad. Una parábola sobre la dialéctica entre la naturaleza y la moral, así como una reflexión sobre el despliegue de la libertad individual.

El inmoralista

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