Cuanto más nos alejamos de la filosofÃa como materia de estudio y hasta como fondo de armario existencial, en mayor medida puede resultar interesante acercarse a la literatura que bordea a cualquier conocimiento metafÃsico como vÃa de solución para nuevos males por encima de la narrativa de autoayuda. En eso se empeña un Byung-Chul Han cuyos ensayos filosóficos recorren el mundo.
No tiene por qué ser cuestión de entregarse a los brazos de Nietzsche. No es que el intento de iluminarnos con la clarividencia deba abordar la respuesta a las preguntas más hondas. Tan solo es cuestión de interesarse por lo que puede alienarnos, alejarnos de nuestra voluntad en ese crisol de sobre información, usos, costumbres y patrones de normalidad ad hoc.
Nuestra exposición actual al mundo, redes sociales mediante, nos dispone como reos sometidos a constante juicio. Llevar los papeles en orden para construir nuestra defensa es esencial para conseguir la libertad. Porque en el contraste entre lo social y lo individual se erigen trampantojos que nos integran a todos en falsedades o al menos en discordantes patrones uniformadores. La felicidad es material sà o sÃ, el trabajo debe ser poco menos que una fuente de placer. Todos los demás optan a la autorrealización y tú deberÃas estar en ello, ciudadano…
Top 3 libros recomendados de Byun-Chul Han
La sociedad del cansancio
Byung-Chul Han, una de las voces filosóficas más innovadoras que ha surgido en Alemania recientemente, afirma en este inesperado best seller, cuya primera tirada se agotó en unas semanas, que la sociedad occidental está sufriendo un silencioso cambio de paradigma: el exceso de positividad está conduciendo a una sociedad del cansancio. Asà como la sociedad disciplinaria foucaultiana producÃa criminales y locos, la sociedad que ha acuñado el eslogan Yes We Can produce individuos agotados, fracasados y depresivos. Según el autor, la resistencia solo es posible en relación con la coacción externa.
La explotación a la que uno mismo se somete es mucho peor que la externa, ya que se ayuda del sentimiento de libertad. Esta forma de explotación resulta, asimismo, mucho más eficiente y productiva debido a que el individuo decide voluntariamente explotarse a sà mismo hasta la extenuación. Hoy en dÃa carecemos de un tirano o de un rey al que oponernos diciendo No. En este sentido, obras como Indignaos, de Stéphane Hessel, no son de gran ayuda, ya que el propio sistema hace desaparecer aquello a lo que uno podrÃa enfrentarse.
Resulta muy difÃcil rebelarse cuando vÃctima y verdugo, explotador y explotado, son la misma persona. Han señala que la filosofÃa deberÃa relajarse y convertirse en un juego productivo, lo que darÃa lugar a resultados completamente nuevos, que los occidentales deberÃamos abandonar conceptos como originalidad, genialidad y creación de la nada y buscar una mayor flexibilidad en el pensamiento: «todos nosotros deberÃamos jugar más y trabajar menos, entonces producirÃamos más».
¿O es acaso una coincidencia que los chinos, para quienes originalidad y genialidad son conceptos desconocidos, sean los responsables de casi toda invención -desde la pasta hasta los fuegos artificiales- que ha dejado huella en Occidente? Sin embargo, esto no deja de ser para el autor una utopÃa inalcanzable para una sociedad en la que todos, incluso el ejecutivo mejor pagado, trabajamos como esclavos aplazando indefinidamente el ocio.
La desaparición de los rituales
RÃete tú de la alienación propugnada llegada la Revolución Industrial y satirizada por Chaplin. El asunto ha ganado en sofisticación y la intromisión del sistema abarca hasta lo más insospechado. No hay tiempo que perder, la máquina siempre tiene hambre.
Los rituales, como acciones simbólicas, crean una comunidad sin comunicación, pues se asientan como significantes que, sin transmitir nada, permiten que una colectividad reconozca en ellos sus señas de identidad. Sin embargo, lo que predomina hoy es una comunicación sin comunidad, pues se ha producido una pérdida de los rituales sociales.
En el mundo contemporáneo, donde la fluidez de la comunicación es un imperativo, los ritos se perciben como una obsolescencia y un estorbo prescindible. Para Byung-Chul Han, su progresiva desaparición acarrea el desgaste de la comunidad y la desorientación del individuo. En este libro, los rituales constituyen un fondo de contraste que sirve para perfilar los contornos de nuestras sociedades. Se esboza, asÃ, una genealogÃa de su desaparición mientras se da cuenta de las patologÃas del presente y, sobre todo, de la erosión que ello comporta.
No-cosas: Quiebras del mundo de hoy
Pensamiento auténtico hasta para abordar la conectividad en la que nos sumergimos como humanos en lo intangible. El poderoso constructo, la Matrix, la creación humana como una inteligencia artificial que nos va dominando poco a poco, de manera irremisible. La realidad se desestructura y los acontecimientos se hacen volubles, irreales…
Hoy en dÃa, el mundo se vacÃa de cosas y se llena de información inquietante como voces sin cuerpo. La digitalización desmaterializa y descorporeÃza el mundo. En lugar de guardar recuerdos, almacenamos inmensas cantidades de datos. Los medios digitales sustituyen asà a la memoria, cuyo trabajo hacen sin violencia ni demasiado esfuerzo.
La información falsea los acontecimientos. Se nutre del estÃmulo de la sorpresa. Pero este no dura mucho. Rápidamente sentimos la necesidad de nuevos estÃmulos, y nos acostumbramos a percibir la realidad como una fuente inagotable de estos. Como cazadores de información, nos volvemos ciegos ante las cosas silenciosas y discretas, incluso las habituales, las menudas y las comunes, que no nos estimulan, pero nos anclan en el ser.
El nuevo ensayo de Byung-Chul Han gira en torno a las cosas y las no-cosas. Desarrolla tanto una filosofÃa del smartphone como una crÃtica a la inteligencia artificial desde una nueva perspectiva. Al mismo tiempo, recupera la magia de lo sólido y lo tangible y reflexiona sobre el silencio que se pierde en el ruido de la información.