Que de lejos parecen moscas, de Kike Ferrari

Que de lejos parecen moscas, de Kike Ferrari
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Kike Ferrari ha despuntado últimamente como un soprendente escritor de novela negra a caballo entre España y Argentina. Los casos que se nos presentan en sus tramas son auténticas crónicas negras certeramente reales, sin ambages ni grandes concesiones a la retórica, crudas como la vida misma.

En el caso de este libro Que de lejos parecen moscas, lo primero que se me ocurrió es esa vieja idea del observador ubicado en una posición preponderante, quizás un vígesimo piso, en la ventana del mejor despacho de una multinacional. Y de lejos parecemos moscas, hormigas afanadas en la nada, al menos para el observador, sabedor de que todo funciona como una ruleta, incluyendo nuestros destinos, sometidos al capricho del que hace girar la rueda del hamster…

El observador puede ser perfectamente Machi, el protagonista de la novela. Un tipo desprovisto de escrupulos y por lo tanto de cualquier principio, y menos aún de moral… El prototipo de triunfador en una sociedad tan hedonista como traumatizada por la vaguedad de todo.

Casado por inercia para conseguir sus propósitos, afecto a la química y propenso a los desvaríos propios de su propia vida, construída sobre los cimientos de su amoralidad.

Todo bien, hasta ahí. Asumida la existencia como un tránsito del que tratar de salir lo mejor parado posible. Con el dinero, el poder y la animadversión como toda bandera, Machi de repente se encuentra con una sorpresa inesperada.

No es que descubrir un muerto en su coche le resulte especialmente impactante, pero las consecuencias pueden trastocar su bitácora vital de lujo y excesos.

Las decisiones que pueda tomar un personaje así pueden sorprender cuando tratamos de ponernos en su pellejo. Pero la realidad es la que es, una amalgama de sensaciones subjetivas en las que cada cual lleva a cabo su mimetismo esencial, aquel que le permite seguir esbozando su destino.

Pero quizás el cadáver signifique algo más. Tal vez, además de las implicaciones penales, el cuerpo de aquella víctima sea un aviso de alguien que anhela la más descarnada venganza.

Todo se verá… Llegar a ser Machi, empatizar con él no es nada fácil, pero conocer lo que va siendo de su vida desde ese punto de inflexión resulta sumamente sugerente. Como vivir la vida de alguien al que deseamos en la misma medida la peor y la mejor de las suertes…

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