Alemania también tiene sus pujantes autores de novela negra. Entre todos ellos destaca ណែមណឺហ៊ួរ, con una propuesta siempre sombría desde entornos engañosos que pueden contemplarse como lugares pacíficos donde la vida transcurre al ritmo lento de la cordillera del Taunus, ajena al ruido de la gran ciudad de Frankfurt. Blancanieves debe morir fue esa gran novela con la que atravesó fronteras, alcanzando también España con la envergadura de bestseller.
En esta ocasión, continuando con esa referencia a cuentos infantiles prensados sabiamente por la autora hasta acabar destilando tensión y miedo, nos ofrece El lobo feroz, una historia acerca de otro tipo de lobos que asedian al rebaño que todos somos ya.
Porque convivimos con lobos, pues el hombre es un lobo para el hombre. Y un lobo capaz de distorsionar su razón hacia la más aviesas de las psicopatías se convierte en la peor de las fieras.
Las batidas de este tipo de lobos suelen descubrirse, como en este caso, mediante la aparición de una víctima, el corderito más débil e inofensivo. El cuerpo sin vida de una chica de 16 años emerge del río Meno. Lo más raro es que nadie la había echado de menos.
Mientras la sociedad mantiene su asombro, la Unidad K 11 sigue sin saber quién era esa niña. Sus pistas se orientan hacia espacios privilegiados de la sociedad. Y lo cierto es que Pía y Oliver entienden que solo así tendría sentido el anonimato de la víctima. Algo escabroso se cierne sobre personajes famosos de la sociedad.
Y cuando el lobo se encuentra entre las clases más favorecidas siempre dispone de más recursos para atacar y huir sin dejar pistas… Por eso los investigadores deberán moverse con pies de barro, asegurándose de no cometer el más mínimo error mientras temen que lo de la joven solo sea la punta del iceberg.
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