Os 3 mellores libros de Natsume Soseki

La literatura japonesa actual llega a occidente, siempre capitaneada por el deslumbrante murakami en desacordo co premio Nobel de literatura a pesar dos seus millóns de lectores entusiastas. Pero moitos outros autores xaponeses espertan ese magnetismo polo ritmo particular, espiritualidade e beleza que todo xaponés está escrito como os ourives fixeron letras en calquera dos seus temas.

kawabata é un deses escritores do século XX que comezaron a coser entre culturas orientais e occidentais para ofrecer as súas novelas como síntese de mundos cada vez máis interactivos. Natsume Soseki fue sin duda, a resultas de las obras de Kawabata con inspiración entre lo espiritual y lo tragicómico, uno de sus más absolutos referentes en ese existencialismo cargado de lirismo entre lo alegórico, cuando no directamente con lo fabuloso.

Co seu dominio inalcanzable, Soseki é un espírito innovador na literatura do extremo oriental do seu tempo. Corrientes como el surrealismo o el esfuerzo renovador del modernismo eran ya exploradas, según sus bases teóricas, por este escritor del otro lado del mundo que hizo de sus novelas, obras imperecederas.

As 3 novelas máis recomendadas de Natsume Soseki

Kokoro

El discípulo y el maestro encontrados de la manera menos imaginada. La amistad entre personajes de generaciones muy lejanas en cuya interacción nos acercamos a una riqueza que servirá más a quien tiene todavía un buen saco de tiempo. Y precisamente por eso, pronto descubrimos que el fin de Sensei, el maestro, no es otro que entregar su tiempo al ser humano por hacer. Abnegación con la doble cara de la amistad férrea. Una novela hecha a poco tiempo vista de la propia vida del autor.

E con esa noción da inminente saída da escena, Soseki parece que deixou a súa alma nesta historia cos seus dous personaxes que o superan todo.

Con apasionantes escenas que también despiertan ese punto de humor que Soseki siempre supo manejar, nos abrimos a la confesión como enseñanza del ejemplo. Sinceridad brutal de Sensei como confesión con un joven que representa a la vida que ya a él le abandona.

Porque entre as ensinanzas tamén atopamos a necesidade de liberarnos da culpa do vello. Máis que nada porque o sabio que é agora, tamén é o inxenuo perdido no medio do camiño.
Kokoro

Son un gato

Una novela en el que el narrador hecho gato se va moviendo por los escenarios con la naturalidad de un animal que pasa tan anodino como un gato pero que al final sirve a la causa del relato de puertas hacia adentro para la más descarnada parodia clasista. Porque el gato lo ve todo y se nos pronuncia sobre todo, con la hilarante sensación de su pensamiento dirigido a la manifestación del ridículo de lo humano. Los Kushami son una familia reconocida en su entorno.

Pero como toda familia, y más si cabe en un entorno burgués adornado de oropel, los trapos lavados en el interior salpican la conciencia de todos sus personajes con sensaciones de culpa, del ridículo egoísmo que los mueve y de las pasiones inconfesables.

O Xapón imperial no que se move a trama convértese na escena sobre a que o gato tamén teoriza. Co fin de atopar o axuste forzado do comportamento grotesco uns dos outros nunha sociedade chea de fórmulas, convencións e inquietantes formalismos para o individuo.

Eu son un gato, de Soseki

botchan

Un personaxe que, no seu afastamento, acaba conectando con algúns dos grandes personaxes da literatura occidental moderna (e hai xa demasiadas coincidencias para non considerar a influencia directa). De Ignacio Reilly pasando Holden Caulfield arriba chinés. Todo lo subversivo de nuestro imaginario literario puede encontrar espejo en el previo Botchan, seguramente con mayor toque de aventura que las réplicas indicadas pero con el mismo carácter controvertido. Porque el profesor Botchan debería mostrar esa fe en la enseñanza, esa vocación por alumbrar al alumnado.

Y, sin embargo, sus particulares diatribas, su visión del mundo y su humor ácido, acaba emergiendo frente a unos chicos que pronto detectarán en él al tipo desencantado que está ahí sin ánimo alguno. Como ocurre en tantas ocasiones, en este tipo de personajes al borde del nihilismo, se acaba descubriendo esa humanidad rebosante bajo la máscara del estoicismo.
Botchan de Soseki
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