Los 3 mejores libros de Nona Fernández

Así a bote pronto, ¿Quién mejor que un actor para escribir y conseguir esa empatía esencial de las grandes historias? Nona Fernández es actriz, igual que Lorena Franco que me asalta ahora mismo a la memoria. Y ambas escriben esas historias con la facilidad cultivada de meterse en pieles ajenas. La cuestión tan solo es abordar lo que antes les venía dado para interpretar, girar el ángulo de visión y ponerse del lado de donde se escribe el guion de la vida…

Pero además, Nona Fernández se atreve últimamente con el assaig, con ese pensamiento vestido negro sobre blanco. Un pensamiento solo posible con el cribado de la madurez para equilibrar razón, emociones y pasiones. El resultado también es gratificante porque ya en su vertiente novelística se adivinaba ese gusto por el poso, por el trasfondo de toda historia.

Así es como se va componiendo una bibliografía de sello particular. Porque abordarlo todo, sentirse escritora por los cuatro costados es precisamente tratar sobre los derroteros sobrevenidos, ya sean historias de ficción o dilemas de cualquier espectro social o personal.

Top 3 libros recomendados de Nona Fernández

La dimensió desconeguda

El buen escuchante vive lo que se le cuenta, imagina y da pie a que su interlocutor prosiga, en lugar de intentar insertar réplica cuanto antes. Así se puede componer las novelas, los libros que cada cual escribe a su manera…

En plena dictadura chilena, un angustiado hombre llega a las oficinas de una revista de oposición. Es un agente de la policía secreta. Quiero hablar, dice, y una periodista prende su grabadora para escuchar un testimonio que abrirá las puertas de una dimensión hasta entonces desconocida.

Siguiendo la hebra de esta escena real, Nona Fernández activa los mecanismos de la imaginación para acceder a aquellos rincones donde la memoria y los archivos no han podido llegar.

Confrontando su propia experiencia con los relatos del hombre que torturaba, la narradora entra en las vidas de los protagonistas de ese testimonio ominoso: la de un padre que es detenido en una micro mientras lleva a sus hijos al colegio y la de un niño que cambia de nombres y de vidas hasta ser testigo de una masacre, entre otras.

Nona Fernández construye un relato a partir de la mala conciencia de un personaje insondable, exponiendo e iluminando esa zona de locura y extravío que está mucho más cerca de lo que pensamos y que puede hacer de un ser humano una bestia. Una novela que cautiva, conmueve y remece.

La dimensió desconeguda

Chilean Electric

Contar historias para finalmente salvar a alguien. Pero ¿a quién? El faro de ese relato escuchado cuando niña ilumina la noche entregando algunas coordenadas. En busca de esas coordenadas me vengo acá, al mismo escenario que mi abuela eligió para desplegar su llamado de auxilio, para dejarme una pequeña velita encendida a modo de señal de alerta», afirma la narradora de «Chilean Electric». La plaza de Armas de Santiago fue iluminada artificialmente en 1883 y la abuela de Nona Fernández estuvo en la ceremonia inaugural.

Pero resulta que nació en 1908, por lo que ese recuerdo es falso. Este es el punto de partida para la exploración de la historia familiar que se emprende en este libro, que se convierte en una iluminación de la «temible oscuridad» que impera en la historia chilena, con sus desaparecidos, asesinados, ahorcados. Un libro iluminado, a su vez, por unos caballos de palo, una máquina de escribir y el cadáver de un presidente que dijo «Más pasión y más cariño.

Chilean Electric

Viatger

La memoria de las estrellas. La memoria de una madre. La memoria de un pueblo. Cómo recordamos. Por qué. Para qué. Un ensayo emocionante que aborda estas y otras preguntas.

Acompañando a su madre en sus exámenes neurológicos, la narradora de este libro advierte que la actividad cerebral proyectada en el monitor tiene muchas similitudes con las imágenes astronómicas que conoce. A partir de esa constatación, Nona Fernández comienza en este, su primer ensayo, a escudriñar en los mecanismos de la memoria estelar y la humana.

Tomando nota de todo lo que lee, observa y piensa, al modo de las Voyager, esas sondas exploratorias del espacio, Fernández va vinculando ese registro a su propia historia y a la del país, planteando con inteligencia cuestiones que son de ahora y de siempre. Cómo recuerdan las estrellas y las personas son interrogantes que inevitablemente llevan a preguntarse cómo recuerdan los pueblos, y cómo olvidan, y Nona Fernández las aborda con la sagacidad y el ímpetu que caracterizan su obra.

Viatger
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