Siempre se pueden encontrar autores a los que considerar que el éxito no les ha alcanzado como debiera, al menos en España. Escritores cojonudos que por lo que sea no terminan de dar ese golpe sobre la mesa de las grandes editoriales.
El escritor británico Simon Beckett aún no tiene ese gran tirón dentro del género negro en nuestro país, pero es un referente mundial del thriller literario. Porque en sus novelas capitalizadas por el antropólogo David Hunter, al servicio de la investigación criminalística, acaba destacando como un gran creador de esas atmósferas inquietantes de todo suspense.
Al final sus tramas acaban combinando lo sugerente de lo científico, hacia las pistas del psicópata de turno que pretende el asesinato perfecto, con un gusto netamente policíaco que ofrece nuevos bríos a aspectos clásicos del género en el que lector, autor y protagonista sudan la misma tinta para desvelar lo truculento del asunto.
No hace mucho que alguna otra editorial puntera de España ha recuperado alguna de sus novelas. Y espero que después lleguen todas las demás…
3 mejores novelas de Simon Beckett
La química de la muerte
Los comienzos de David Huner nos sumergen en ese aspecto trágico que sacudió la vida de este investigador forense. Desde ese fatídico momento, presentado a flashes durante toda esta primera novela, el bueno de Hunter decide reorientar su carrera en la medicina hacia tareas mucho más amables, tratando de recomponer su maltrecha alma.
Pero allí donde acaba refugiado de todo, también debe asumir su parte de responsabilidad desde su juramento hipocrático. Porque cuando unos niños descubren un cadáver en una macabra representación, acaba viéndose impelido a tomar cartas en el asunto.
Sobre todo cuando la policía del pequeño pueblo de Manham requiere de sus servicios. Porque, en el fondo, todos saben del pasado de David, como suele ocurrir en cualquier pequeña aldea a la que llega un nuevo vecino.
Los peores vaticinios se acaban cumpliendo y al extraño muerto con alas de ánade se suma una desaparición que suma tensión y sospechas sobre cualquiera de los habitantes del lugar, incluido David o el histriónico cura.
La tensión no es el mejor entorno para trabajar en un asunto tan delicado. Hunter se siente presionado, casi desbordado en un entorno asfixiante.
Pero no lo queda otra que indagar entre heridas y golpes del muerto, o proyectar las escuetas pistas hacia deducciones de lo posible para apuntar a una resolución que, en caso contrario, amenaza con desestabilizarlo todo en Manham.
Entre las cenizas
Lo de los parajes solitarios de la Europa septentrional es un escenario recurrente en muchos autores de novela negra nórdica. Emblemático es el caso reciente de la Fjällbacka, de Camilla Lackberg. Se trata de encontrar ese espacio natural inabordable a la vista, expuesto a horizontes inquietantes con juegos de luces que despiertan ese extrañamiento perfecto para que las tramas más oscuras calen con mayor intensidad.
En el caso de David Hunter nos vamos hasta unas islas perdidas al norte de la Gran Bretaña, en Escocia. Nuestro fascinante investigador ha vuelto a entrar en la espiral de su antropología forense y con ciertas reticencias, porque ahora su vida parece que está encontrando nuevos rumbos personales positivos, vía hasta la isla de Runa para indagar sobre una extraña muerte por calcinamiento en una casa donde no existe el más mínimo indicio de incendio.
El problema es que mientras Hunter se lanza a la investigación sobre un asunto que todos los lugareños parecen querer aparcar, una tormenta gigantesca los deja aislados a todos juntos. Hunter contra todas aquellas miradas inquietantes. ¿Merecerá la pena ahondar en la verdad? ¿Qué precio puede tener para él?
El susurro de los muertos
La tercera novela de Hunter nos lleva hasta la conocida como «Body Farm» estadounidense, un complejo de antropología forense ubicado en Tennessee que, como podrás adivinar, el imaginario popular lo carga de leyendas negras.
Porque ahí se dice que los cuerpos humanos sirven para mil y una investigaciones sobre descomposición, análisis y diversos aspectos sobre los que aprender aún más para beneficio de esa ciencia al servicio de lo legal. David Hunter hace su particular viaje de formación a la body farm.
Pero no hará falta abordar aspectos oscuros de puertas hacia adentro de la granja. Porque pronto en el exterior, será la policía la que ponga sobre aviso a los investigadores de un asesinato que apunta a un demente capaz de todo, como quedará demostrado en su siguiente víctima.
Una nueva investigación contrarreloj en la que el criminal parece haberse dado el oscuro gusto de ir al foco de la antropología forense para retar a tantos investigadores capaz de leer las huellas sobre los cuerpos como auténticos traductores.
