Los 3 mejores libros de Marta Sanz

Con una bibliografía propia en continuo crecimiento y en la que encontramos un poco de todo entre géneros de ficción o no ficción, Marta Sanz es una de las autoras imprescindibles de la narrativa actual española. Imperdible junto a otras plumas de literatura con quilates como Belén Gopegui o Edurne Portela.

La cuestión para abordar con la solvencia de Marta Sanz cualquier propuesta narrativa es ese dominio de las herramientas hacia la suficiencia, más el ingenio y la creatividad para equilibrarlo todo hacia ese conjunto siempre sorprendente.

Cualquier nuevo libro de Marta Sanz tiene ese no sé qué de sorpresa. El don de la escritora con gran oficio que puede atreverse a contarnos la historia más inesperada, desde una revisión del género negro, hasta el ensayo, pasando por tramas contemporáneas.

Pero si hay una característica que lo hilvana todo en esta autora es esa sensación de frescura, de atrevimiento en forma y fondo. Puesta a contar su forma de ver el mundo a través de sus personajes, Marta Sanz apuesta porque precisamente ellos, los protagonistas de sus escenas, se muevan con una verdad abrumadora, con la sensación de que cuando comienza la trama, se acaban la mascarada general. De agradecer en tiempos de postverdad.

Top 3 libros recomendados de Marta Sanz

Persianas metálicas bajan de golpe

Mi gusto por lo distópico tiene ese algo de pronóstico del fin del mundo. O al menos de esa sensación de que la humanidad se perfila hacia una fatalidad como profecía autocumplida entre ideas de sobrepoblación del mundo. Ideas donde el poder parece siempre preparado para perpetuarse a toda costa, a cualquier precio. De ahí que historias como esta me llamen poderosamente la atención desde planteamientos novedosos en escenarios ya visitados por multitud de autores desde Orwell o Huxley.

Esta novela nos sitúa en el mundo futuro de Land in Blue (Rapsodia). Allí una mujer madura vive con Flor Azul, un dron a través del que mantiene conversaciones con su amiga Bibi, que en realidad es la voz de una actriz. La mujer, solitaria y desmemoriada, vive separada de sus hijas, Selva y Tina, protegidas y vigiladas cada una por otro dron: el desencantado Obsolescencia y el adolescente Cucú.

La mujer habita un mundo regido por lo virtual, las empresas de paquetería y los programas del corazón. Un mundo gobernado por la explotación, la represión policial y el miedo a la enfermedad y la muerte, en el que los tanatopractores preservan los cadáveres de la podredumbre. La banda sonora de esta ciudad-país-mundo es la de las persianas metálicas que bajan de golpe, uno de los leitmotivs que se van recogiendo sobre sí mismos, formando bucles y ondas, en esta ópera bufa y distópica. Pero distópica como las esperanzadoras distopías a lo Vonnegut: con sus pajaritos que advierten de los escapes de grisú…

Repleta de guiños y referencias (de la alta cultura al chismorreo televisivo, pasando por todo tipo de parafernalia pop), la novela es un panfleto futurista, una sinfonía ciborg, un grito de protesta, una coreografía de la desolación, una vanitas más moderna que posmoderna, y, sobre todo, una novela neorromántica de drones enamorados de mujeres a quienes cuidan y espían, Coppelias inversas, vampiros sentimentales, desacatos al dios del algoritmo, sueños, espejos, encantamientos y revoluciones: la primavera puede emerger de entre las tinieblas aupada por los seres más imprevisibles.

Clavícula

Si entendemos la literatura como un sesudo ejercicio de poner negro sobre blanco lo que somos, esta «novela» autobiográfica consigue transmitir la más sincera sensación de nuestra psique asomada a los acontecimientos que la asaltan.

La razón última de vivir es morir. Y bajo esta contradicción esencial el hecho de ser una hipocondríaca cobra el sentido de la lucidez constante, del saber de qué va todo esto.Luego está lo del lenguaje, la forma. Semejantes argumentos precedentes apuntan a profunda metafísica. Y sin embargo el lenguaje es la herramienta perfecta para naturalizarlo todo tras su debida reestructuración.

Las frases cortas pero explosivas, los axiomas aceptados que se deshacen como espuma de mar, los símbolos, los haikus cotidianos, todo apunta a un extrañamiento que desnuda la realidad para que sea vista en su crudeza, sin disfraces.Y todo transcurre de manera sencilla, desde la percepción de la propia autora, sometida al habitual tercer grado que todo ser humano se autoimpone, exponiéndose a sus miedos y dudas en el momento más inesperado.

Black, black, black

En las novelas negras suele habier siempre dos ramas, la del caso en sí y la del investigador. Porque ningún crimen parece tener suficiente gancho si no se contrapone con los infiernos del investigador de turno.

Y Marta Sanz vio la oportunidad y pensó es descompensar el asunto. Porque Zarco, su detective, se encarga del asesinato de Cristina Esquivel, cierto…, pero el asunto de mayor enjundia es su relación personal con su exmujer, Paula.Porque lo que pudieron vivir Paula y Zarco, antes de que él se manifestara abiertamente como homosexual, pudo dar pie a mil asuntos pendientes en esa gran mentira que debió ser su matrimonio.

Por algo se casarían, sin duda. Y a raíz de sus llamadas constantes y sus ricas conversaciones, entendemos que son dos almas gemelas en sus respectivos polos opuestos, por extraño que parezca.Aunque ciertamente nunca abandonamos de todo el caso de la joven asesinada. Porque tras contactar con Olmo, un joven con el que Zarco tendría algo más que una conversación, se descubre el diario de su madre, Luz, tan aparentenmente inofensiva como soprendentemente maquiavélica para poner en orden su vecindario, de la manera que mejor proceda.

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Farándula

Donde la vida es un huracán que puede arrasar con todo. Donde todo lo que acontece es fin y desencadenante de una nueva tormenta. Toda calma es un ojo de huracán en un mundo regido por esperanzas imposibles, egos, deseos y vida al máximo.

La actriz Valeria Falcón es amiga de Ana Urrutia, una vieja gloria que no tiene donde caerse muerta. Su ocaso se solapa con la eclosión de Natalia de Miguel, una joven aspirante que enamora al cínico Lorenzo Lucas. Daniel Valls confronta su éxito, su dinero y su glamour con la posibilidad de su compromiso político. Charlotte Saint-Clair, su esposa, lo cuida como una geisha y odia a Valeria, gran amiga de Daniel.

Un ictus, el montaje teatral de Eva al desnudo y la firma de un manifiesto descubrirán al lector: Una historia sobre el miedo a perder el sitio. Sobre la resistencia a la metamorfosis y su conveniencia –o no–. Sobre qué significa hoy ser reaccionario. Sobre los cambios de lenguaje que reflejan cambios en el mundo. Sobre el desprestigio de la cultura y su posibilidad de intervenir en la realidad. Sobre la devaluación de la imagen del artista. Y su precariedad. Sobre el público.

Sobre el relevo generacional y el envejecimiento. Sobre los actores ricos que firman manifiestos y los actores pobres que no firman nada porque nadie los tiene en cuenta. Sobre la paradoja de que solo cuando alguien es anónimo empieza a servir para algo en su comunidad. Sobre la caridad como mal y las galas de beneficencia como bucle reproductor de la injusticia. Sobre si se puede luchar contra el sistema desde el sistema. Un texto borde, divertido, triste, puntiagudo, urgente. Es farándula.